DIGRESIÓN CUATRO. Gruz 200 (Freight 200). Rusia (2007). Guion y dirección: Aleksei Balabanov. Intérpretes: Agniya Kuznetsova, Aleksei Poluyan, Aleksei Serebryakov, Leonid Gromov, Yuri Stepanov, Leonid Bichevin, Natalya Akimova, Mikhail Skryabin. Espeluznante, perturbadora, increíble. La acción se desarrolla, según títulos de crédito, en 1984. La Unión Soviética, anterior a la perestroika, agoniza del modo más patético imaginable. Todo se cae a pedazos: edificios, estructuras, organizaciones y estamentos del estado (todo era estatal), y sobre todo las personas que se encuentran en un insoportable e inimaginable estado de postración y deterioro moral. La destrucción es total, corrosiva y vomitiva; asquerosa y repugnante. Todo es mugriento y asfixiante. En realidad, el estado y estados comunistas adolecen todos de los mismo, desde la aciaga noche de su aparición en el mundo: inmoralidad, enfermizo ejercicio del poder a todos los niveles, corrupción, ineficacia, espíritu represor y una interminable lista de monstruosas deformaciones. La microhistoria, localizable en una ciudad de provincia (eso parece), nos presenta a unos personajes que muestran lo más abyecto y degradado que se pueda dar en cualquier comportamiento humano. Sus aberraciones las cometen con una total impunidad y sin ningún peso de culpa, como si sus aberraciones fueran lo más natural del mundo. Lo esencial no radica tan solo en la inclemente y descarnada radiografía que hace de la descomposición de un estado; si no, que lo hace, además, con precisión, lucidez e inmenso talento. La cámara sigue la acción descabellada de los personajes con naturalismo y frialdad quirúrgica consiguiendo un verismo profundamente inquietante. Muy estimable.
26 NOVIEMBRE 2021
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