DIARIO ÍNTIMO (18.2)
Últimas noticias sobre mi precaria vida sentimental
… ¿Qué ha pasado a partir de la reentrada en el proceloso mundo de contactos con desconocidas, en el sobrevalorado carrusel del amor ciego? Exactamente lo mismo que antes. Las mujeres deseadas no han mejorado su impresión sobre mí. Sencillamente no les intereso.
No obstante, algo más de movimiento he notado: si antes no me contestaba ninguna, ahora han sido dos o tres las que lo han hecho. Debería considerarlo un éxito, pero me resisto a tomármelo así porque me sigue pareciendo una opción engañosa, improbable y quimérica. Para ligar mejor las barras de los bares, lo malo es que ya no hay bares que me acojan.
Pensé, algo desanimado, que el tiempo pasaría y la cuenta atrás hasta los setenta empezaría enseguida.
A pesar de mi escepticismo, la semana pasada quedé con una mujer de cincuenta años (increíblemente joven para mí) paseamos castamente por un parque, y al menos nos reímos bastante. Lo pasamos bien, sin más. Hasta me propuso que hiciéramos la cena de nochebuena juntos y luego ya veríamos… (será que no, al menos por mi parte).
Pero no acaban ahí mis engañosos éxitos recientes, el domingo por la tarde, que es el peor momento de la semana para mí, siempre lo ha sido, una mujer interesante, a la que envié un mensaje diciéndole que estaba decaído (algo así nunca debe decirse si lo que quieres es ligar, pero a mí me daba un poco igual) me contestó con un lema estoico: “sustine et abstine” (soporta lo que te llega y abstente de cambiar lo que no esté en tu mano cambiar…) A mí estos finos y cultivados detalles no me pueden gustar más. No está nada mal, pensé, parece prometedora la perspectiva, hasta que dentro de un poquito se quede en nada. A pesar de que la cita estoica era impecable, y, sobre todo oportuna, quizá habría preferido una epicúrea porque, aunque contemporáneos de los estoicos, me parecen más amables con la debilidad humana y acordes con nuestros tiempos.
Me parece que toda esa movida digital con desconocidas es un despropósito y una lamentable pérdida de tiempo. Creo que ahora debo renunciar a intentar salidas desesperadas e impostadas porque mi voluntad y deseo está en otro sitio.
Permaneceré quieto hasta que la tormenta remita. Luego, quizá, tendré mejor disposición y control sobre mis movimientos y hasta seré capaz de divertirme con historias imprevisibles; estas, pueden llegar desde lo inconcebible en el mejor de los casos, hasta una decepcionante cutrez en el peor. Ah, y por supuesto, no debo quedarme parado e inerme, en el puto suelo, y que la postración y la frustración me derroten antes de los setenta.
La Fotografía: Imagen metafórica de mis condiciones y circunstancias vivenciales de ahora mismo, por dentro y por fuera. Pueden ir a peor, sin duda, y lo harán.