25 DICIEMBRE 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
Madrid (España)
Soporte de imagen
DIGITAL 102400
Fecha de diario
2021-12-25
Referencia
3810

COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS

DIECISÉIS: Y del nacimiento de Jesús de Nazareth, devino el cristianismo, para bien y para mal.
Último capítulo de EL ANTICRISTO, Friedrich Nietszche (1888).
Con esto he llegado al fin y expreso mi sentencia. Yo condeno el cristianismo, yo elevo contra la Iglesia cristiana la más terrible de todas las acusaciones que jamás lanzó un acusador. Ella es para mí la más grande de todas las corrupciones imaginables. Nada ha dejado la Iglesia cristiana de tocar con su corrupción imaginable, de todo valor hizo un no-valor, de toda verdad una mentira, de toda probidad una bajeza de alma. ¡Qué alguien se atreva todavía a hablarme de los beneficios que ha reportado a la humanidad! El suprimir cualquier miseria iba en contra de su más profundo interés, -ella ha vivido de calamidades, ella ha creado calamidades con el fin de eternizarse a sí misma. El gusano del pecado, por ejemplo: ¡la Iglesia fue precisamente la que enriqueció a la humanidad con esa miseria! -La igualdad de las almas ante Dios, esa falsedad, ese pretexto para los rencores de todos aquellos que tienen sentimientos viles, ese explosivo concepto que ha terminado por convertirse en una revolución, idea moderna y principio de decadencia de todo el orden social es dinamita cristiana… ¡Bendiciones humanitarias del cristianismo! ¡Extraer de la humanitas una autocontradicción, un arte de la autodeshonra, asimismo una voluntad de mentir a toda costa, un desprecio y una repugnancia contra todos los instintos buenos y honrados! – ¡Estas son para mí las bendiciones aportadas por el cristianismo! -El parasitismo como única práctica de la iglesia; la iglesia que con sus ideales anémicos, con sus realidades de santidad, chupa de la vida toda la sangre, todo amor, toda esperanza de vida; el más allá, como voluntad de negar toda realidad; la cruz, como signo de reconocimiento para la más subterránea conjura que jamás ha existido, -contra la salud, la belleza, el bienestar, contra la valentía, el espíritu, la bondad del alma, contra la vida misma…
Esta eterna acusación contra el cristianismo quiero escribirla sobre todas las paredes, allí donde haya paredes, tengo letras que harán ver incluso a los ciegos… Yo llamo al cristianismo la única gran maldición, la única gran corrupción interior, el único gran instinto de venganza para el cual ningún medio es bastante venenoso, sigiloso, subterráneo, pequeño, -yo la llamo la única inmortal vergüenza de la humanidad… ¡Y se computa el tiempo partiendo de los días nefastos en que comenzó esta fatalidad, desde el primer día del cristianismo! ¿Por qué no, mejor, desde su último día? ¿Desde hoy? Transmutación de todos los valores”.
La Fotografía: No, no creo en ninguna intervención sobrenatural en la creación del ser humano, tal y como es conocido hoy. Somos materia degradable y corrompible una vez cumplido en ciclo vital natural de cada uno de nosotros. El preciso funcionamiento de nuestros órganos está explicado profusa y científicamente por los propios humanos y es el resultado de un exhaustivo e incesante estudio a lo largo de milenios. Evidentemente, hemos llegado hasta aquí, con la conformación que nos constituye, a lo largo de un proceso natural que ya dura millones de años. Nada más. No hay transcendencia ni intervenciones sobrenaturales en nuestra existencia.  En consecuencia, las religiones que han devenido de la creencia de seres sobrenaturales son puras falacias que tan solo han sido útiles algunas y nefastas otras, y la mayoría, una mezcla de ambas. La imagen de hoy: pura representación matérica y cierta de los órganos de un cuerpo. Lo demás, pura inventiva.

Pepe Fuentes ·