LOS MICROVIAJES: Entre Linares y Granada
(día dos, sábado, cinco de febrero de 2022)
“Lejos de ser una terapia, el viaje define una ontología, un arte del ser, una poética propia”. Michel Onfray
Llegamos a Gorafe a la hora de comer. Lo hicimos en la terraza de un restaurante cercano a la plaza del pequeño pueblo, al sol. Nuestra comida: Calamares rebozados y menestra de carne o carne en salsa, como se prefiera. Frente a nosotros, la puerta de la discoteca Génesis (etimológicamente está muy bien elegido el nombre porque en este tipo de locales se ponen en juego las más genuinas pasiones que dan origen a la vida), aledaña al restaurante. En la terraza, cuatro o cinco mesas ocupadas por todo tipo de gentes (en una de ellas: dos perritas pequeñas, con vestiditos de faralaes).
Después de comer nos dirigimos hacia la parte alta del pueblo (este se encontraba en una hondonada), donde se extendía una meseta con un camino que bordeaba los límites del abrupto desnivel, desde donde se divisaba una gran extensión de hondonadas y cárcavas.
No muy lejos se encontraba la muy célebre Casa del Desierto, construcción de diseño y de cristal; no nos habría costado casi nada acercarnos, pero tontamente no lo hicimos, lo que lamenté.
En el camino de regreso, nos encontramos con un coche de frente (solo cabía uno). Ambos nos paramos, yo me aparté un poco cortésmente para que el otro pudiera pasar (habría podido hacerlo perfectamente, pero se mantuvo parado sin más explicación, sin dejarme pasar a mí). Me bajé del coche y me acerqué para que el conductor me explicara el porqué de su inflexible actitud. Me dijo que debía apartarme yo porque llevaba un coche todoterreno y él no, sin otra negociación o consideración. Me dije: -esta persona es bastante maleducada, pero qué puedo hacer, quedarme parado también o pelearme, consideré que no merecía la pena y me aparté-. Me desagradan las gentes imperativas que no son capaces de mostrar un mínimo de cortesía y capacidad de llegar a acuerdos civilizados.
La Fotografía: Gorafe y las cárcavas al fondo, tratadas con generosidad cromática por mi New Age fotográfica. Queda evidente que ya para mí y desde que devine en fotógrafo digital, la fotografía es sinónimo de Vida y Color (creo que así se llamaba una colección de cromos que fue muy popular en mi niñez).