3 MARZO 2022

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Madrid (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL-IPHONE
Fecha de diario
2022-03-03
Referencia
6210

LOS MICROVIAJES: Madrid
(sábado, diecinueve de febrero de 2022)

Momento tres (1): …Llegamos puntuales a la puerta del teatro, la obra que representaría La Zaranda: La batalla de los ausentes.
“Nos gusta dejar abierta la imaginación para que el espectador interprete lo que sucede sobre el escenario como considere, para que encuentre lo que está en su propia soledad”. Eduardo Calonge.
La Zaranda no me defrauda nunca: me encanta y apasiona siempre. Espero sus estrenos y lo celebro asistiendo indefectiblemente a sus montajes.
Llevan 43 años en escena (1978) y han creado veintidós espectáculos (uno cada dos años). El mismo grupo, los mismos integrantes, ya maduros, naturalmente. Siempre intentan acercarse a los misterios del mundo y, por encima de todo, al hecho y significado de vivir, ser consciente del lugar que ocupa uno en el mundo y los artificios con los que lo humanos pretendemos engañarnos hasta el ridículo. Poseen un lenguaje propio, tan personal como inimitable. “Sus obras tienen un carácter barroco; hay un continuo juego de sombras, retorcimientos y escorzos dolorosos. Además, los ritmos cercanos a la letanía y la plegaria hacen de sus espectáculos una especie de ritual”. (comentario recogido en prensa).
El alma de este grupo es bicéfala: Francisco Sánchez (Paco de la Zaranda), que suele dirigir e interpretar y Eusebio Calonge que se encarga de crear la dramaturgia. Campuzano y Bustos, junto a Paco interpretan establemente en todas las obras que montan.
“Siempre he pensado que lo importante no son los resultados, sino el camino. Esa es la grandeza de las compañías, y quedan muy pocas así. Hoy por hoy, desgraciadamente, casi todo se hace a base de dinero, con la mira puesta en permanecer el máximo tiempo posible en cartel. La Zaranda está aquí para probar, indagar y desarrollar un lenguaje; porque el lenguaje se da en una compañía, no en una producción. Al final, aunque pueda sonar frívolo, se trata de vivir, no de buscar logros ni de acumular premios que acaban enmoheciendo, ni buenas críticas en periódicos que con el tiempo se quedan amarillentos (…) Nos mueven otras cosas. No un aspirar a algo, sino un detenerse, detenerse a compartir en la búsqueda de eso que pensamos que es el teatro, que no es pensar sino hacer sobre el escenario. Buscar no ya lo que el teatro pueda darnos, sino lo que podamos devolverle (…) Hay mucho teatro que habla directamente de lo que quiere oír el público. Nosotros no somos complacientes. Somos críticos hasta con la crítica”. Eduardo Calonge
La Fotografía:
Muñecos-símbolo, actuantes también en la representación

Pepe Fuentes ·