LOS MICROVIAJES: Madrid
(sábado, diecinueve de febrero de 2022)
Momento tres (y 2): …Continuación sobre la obra de teatro…
Grupo: La Zaranda, Teatro inestable de ninguna parte
Título: La batalla de los ausentes, de Eusebio Calonge
Dirección: Paco de La Zaranda
Intérpretes: Gaspar Campuzano, Enrique Bustos y Francisco Sánchez (Paco de La Zaranda).
Diseño de vestuario: Encarnación Sancho.
Tres soldados vuelven del frente tras perder una batalla. La realidad adversa los lleva a reflexionar sobre su fracaso, sobre la vida e, inevitablemente, sobre la muerte. En su recorrido conversan sobre la belleza de la derrota, sobre el triunfo de quienes pese a ella no pierden su sentido del destino.
“Estos soldados han tenido un sueño, el gran sueño. Así que, solo por eso, merecen algo más que pasar a formar parte del polvo del olvido”. Eusebio Calonge,
Los tres tristes héroes se aproximan, sarcástica e irónicamente a los artificios del poder, y como el paso del tiempo aniquila, devasta y convierte en pura fantasmagoría cualquier atisbo de grandeza que los humanos sueñan con alcanzar. Esta irrevocable decepción la representan furiosa y desaforadamente, pero sin perder la cara a un sentido del humor que hace soportable la evidencia de su decadencia. Primero son soldados que no aciertan a conmemorar solemne y triunfalmente lo que para ellos fue pura épica y gloria, a pesar de la triste derrota. Luego, son políticos, o, dicho de otro modo, ejercen el poder, también esperpénticamente, porque, aunque sea un instinto inherente al ser humano, en la misma proporción es un ejercicio tan absurdo como ridículo.
“El espectáculo es una metáfora de ese batallar que tiene el hombre consigo mismo” (…) “Se presentan unos personajes que vienen a rememorar una guerra, a reconstruir desde su fosa aquellos días heroicos que compartieron en la trinchera. Esa es la excusa que utilizamos para luego poner en pie todo un mundo poético, de símbolos, de encuentro, y del que cada espectador decidirá si quiere ser cómplice o no de lo que haya sucedido”. Paco de la Zaranda
Finalmente, hacen un discreto mutis saliendo furtivamente por uno de los lados del escenario mientras las luces se apagan porque todo había terminado. Es una salida de escena que sabe a derrota, siempre derrota, y no porque la representación, gloriosa por otra parte, lo fuera, sino porque es una expresión total y coherente de lo que nos habían ofrecido…
“Combate inútil, que parece ser nuestra esencia cultural, lo quijotesco. Épica para tres farsantes, sátira de todo poder humano, la dignidad y la fe como acto de resistencia. Esas fueron siempre nuestras trincheras. siempre derrotados, nunca vencidos”. La Zaranda.
La Fotografía: “Los exiguos restos de la tropa apenas se distinguen ya de los fantasmas que evocan, aquellos que quedaron sepultados junto con el miedo y la gloria en las trincheras”.