DIARIO DE VIAJE: A Sicilia
Día Cuatro (30.03.2022)
… Llegamos a Trapani sin apenas darnos cuenta. Estaba al comienzo de la cuesta de ascensión a Erice. Tomamos la habitación del hotel, una vez más en zona peatonal (cuando eso sucede hay que arrastrar maletas por aceras, calles y plazas).
Nos dispusimos a recorrer la ciudad antigua. Partimos desde el abandonado Mercado del Pescado (que fotografié con ganas). Copio de internet porque es exactamente lo que hicimos: -donde está la estatua de Venere Anadiomene- por el paseo marítimo de la Mura di Tramontana llegamos hasta la punta de Trápani, donde la Torre Ligny, hoy Museo cierra la ciudad hacia el mar. Enfrente, en la isla de la Colombaia el Castello di Mare custodia la entrada a Trápani por mar-.
Después volvimos por el interior de la estrecha y alargada franja ocupada por la ciudad antigua, callejeando. Calles estrechas, pequeñas plazas, iglesias y una zona con espacios más amplios y comerciales, de calles peatonales.
Así consumimos el resto de la tarde e incluso nos tropezamos con un concierto de una banda municipal frente a una iglesia. Cuando acabaron, Carmen se acercó y se fotografió con algunos de ellos.
Después, cenamos en un restaurante italiano, pasta, como casi todas las noches. Buena cena y buenos momentos para nosotros, quizá de los mejores del día. No es fácil asumir un viaje en íntima compañía si ni siquiera se convive en la vida cotidiana, pero para nosotros lo estaba siendo. A lo mejor era porque habíamos conseguido una cierta madurez, o tal vez capacidad de disimulo o autocontrol (otras formas que adquiere la madurez).
Fue un buen día, a pesar de que la climatología no fue nada complaciente.
Esa ciudad, con la que no contábamos especialmente a priori, a mí me resultó especialmente interesante y sumamente bella, diría, y singular…
La Fotografía: Vista general de la ciudad vieja y del paseo marítimo, en absoluto playero o turístico, desde la punta Trapani.