26 ABRIL 2022

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Taormina, Sicilia (Italia)
Soporte de imagen
DIGITAL 1000
Fecha de diario
2022-04-26
Referencia
7328

DIARIO DE VIAJE: A Sicilia
Día Siete (02.04.2022)

… El día seis de este mes dije que al final del viaje (en eso estoy ahora), iría concluyendo con el resumen del resultado de los tres aspectos esenciales que esperaba de él, a saber: el derivado de la práctica viajera, que resultó plenamente satisfactorio; el fotográfico, que ni bien ni mal, solo turístico (no era el propósito principal); y el humano, sentimental o como se quiera llamar, pero que ese día califique de -amoroso-. Bien, ese aspecto ha resultado bien llevado y finalmente resuelto, porque, aun sabiendo los dos que al final del viaje nuestra relación terminaría, supimos ser delicadamente cuidadosos para no mencionar la crisis en ningún momento y dedicarnos a disfrutar del hecho viajero, y nada más.
Tomando nuestras consumiciones en el Bam Bar, súbitamente y sin preparar nada, con naturalidad, manifestamos mutuamente que la continuidad de nuestra relación no tenía demasiado sentido dado al punto al que habíamos llegado; es más, ya no nos servía a ninguno de los dos y era de todo punto imposible cualquier idea de regenaración. Carmen me dijo que no sentía la suficiente atracción y necesidad de mí como para comprometerse en una relación de pareja y arrostrar los esfuerzos que eso comporta; aparte de la gran diferencia de edad entre nosotros (el disfuncional era yo, claro), lo que suponía que no era un candidato aceptable para su futuro amoroso; además, de otras variadas y poderosas razones, que yo también tenía. Ambos fuimos lo suficientemente sutiles y elegantes para no mencionarlas, no hacía ninguna falta. Todo era sabido, todo estaba ya superado. A ella le habría gustado que yo tuviera su edad, más o menos, según dijo. Sentí un profundo malestar, harto ya de sentirme culpable y acomplejado por el hecho de haber cumplido años. Es curioso que una historia que pudo ser interesante y placentera para ambos se quedara enredada en el calendario (un día escribiré sobre las edades cronológicas del amor). Mi error de perspectiva fue no darme cuenta a tiempo de que, a mi edad, soy un firme candidato a la enfermedad y la muerte en un plazo insoportablemente corto. Ya solo cuento con pasado y esa es una maldita situación que nadie soporta cerca y menos en una historia sentimental.
Sería idiota por mi parte si no reconociera que en esta escenificación de la separación había una ganadora (ella), y un perdedor (yo). Siempre es así, siempre hay ganadores y perdedores en las relaciones sentimentales y, especialmente, en las rupturas. Llevo una larga temporada que solo pierdo y pierdo en este aspecto tan importante para mí. Qué le voy a hacer, a mi edad eso ya no es una opción, sino una jodida realidad.
Carmen se mostró generosa en la despedida diciéndome que había pasado momentos estupendos conmigo y que era un buen tipo (excepcional, me dijo un día por whatsapp, lo que no añadió fue en qué, así que también cabía el demerito, pero no pregunté, por si acaso). También me dijo que le había aportado mucho en el tiempo que habíamos estado juntos (honestamente, dudo que yo pueda aportar algo a alguien), sí, algo así dijo; pero que no quería hacerme perder el tiempo, ahora que yo tenía tantas urgencias. Seguí sin decir nada en especial, qué podía decir, salvo que ella había sido providencial para mí en este momento de mi vida y era cierto, por lo que le estaba agradecido. En estos casos, todo está dicho ya de antemano, y en el nuestro en particular, desde hacía dos meses como mínimo. Es obligado hacer fácil lo difícil. Además, ya no era el momento de regatear, de comerciar con agravios y desagravios. La despedida debía ser aséptica, elegante, tajante e irreversible. Nunca, jamás, por nada del mundo, hay que retener a quien ha decidido partir (yo también lo había decidido, pero un rato después que ella y esa falta de sincronía supone que la ronda emocional la paga el último que sale, apaga la luz y cierra la puerta, y eso me tocó a mí).
Creo que ya está bien por hoy de este parloteo, descriptivo y tristón, pero conveniente; o no, por obvio e innecesario.
Una hora más tarde, más o menos, partimos en dirección a Catania, de la que nos separaban 57 Km…
La Fotografía: Hoy no sabía que imagen traer al diario, tan especial y trascendente en lo íntimo, así que me he decidido por una imagen hecha el buen tuntún minutos antes del desapacible desnudamiento sentimental.

Pepe Fuentes ·