LOS DÍAS (5)
Martes, cinco de abril de 2022 (y 2)
…Como dije ayer, salí de mi casa a las cinco y media de la tarde. Decidí circunvalar la ciudad, lo que aquí llamamos –dar la vuelta al Valle- (que no es un valle, sino una Virgen). Apenas me he encontrado con nadie a lo largo de los casi tres kilómetros de la primera parte del recorrido. Luego, he atravesado la ciudad de sur a este, por calles semivacías y puertas cerradas (restaurantes, bares, comercios). Parecía una ciudad abandonada, con los pobres edificios grises y viejos cerniéndose sobre las estrechas calles. La atmósfera era de una tristeza inconsolable, inmensa, opresiva y deprimente.
He vuelto a mi casa a las siete y sí, la ciudad consiguió sin esfuerzo y despreocupada naturalidad profundizar en el signo del día: que me invadiera una cierta depresión. Volví mucho peor que cuando salí.
Me he acordado del viaje durante casi todo el camino y a veces he perdido la concentración en las andanzas de Daniel Quinn, el quijotesco personaje de Auster. A lo largo de ocho días vi ciudades nuevas para mi mirada, no paré en ningún momento, y, además, todo eso lo hice en compañía de una mujer, circunstancia ideal para mí, ya que con hombres no me apetecen las exploraciones. Esta circunstancia me remite a una lamentable realidad de mi vida actual: estoy absolutamente solo para viajar, circunstancia que me hará desistir de hacerlo, seguramente. Lo peor de esta adversidad a mi avanzada edad es que no tiene solución. Pero, después de todo, me tengo más confianza de la que me quiero reconocer y estoy seguro de que no me rendiré, al menos en mucho tiempo. Me va la vida en ello.
La Fotografía: La carretera del Valle, tan importante para todos nosotros, los habitantes de mi ciudad, es por la que pasea este personaje, que podría ser yo en la tarde del martes, tal y como me sentía (encogido y plegado sobre mí mismo); pero no, no era yo, porque fui el que fotografié al personaje.