3 MAYO 2022

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Piazza Armerina, Villa Casale, Sicilia (Italia)
Soporte de imagen
DIGITAL 400
Fecha de diario
2022-05-03
Referencia
7274

DIARIO ÍNTIMO 23
Diez de abril de dos mil veintidós (1)

EL DOS de abril conté que me vi con un muy antiguo y querido amigo (17 de marzo). Ayer repetimos la experiencia, primero con una larga conversación telefónica por la mañana y luego, por la tarde, quedamos para tomar una cerveza en mi casa y continuar la interesante conversación que habíamos tenido por la mañana. Es sumamente curioso y muy estimulante para mí, el hecho de que habláramos más o menos en las mismas coordenadas de hace casi cuarenta años. Entonces hablabamos del amor sin saber muy bien en qué consistía y ahora, cuarenta años después, sin haber progresado gran cosa, si alcanzamos a saber que es una necesidad imperativa y que disfrutamos y penamos con él a lo largo de nuestras vidas. Es por eso por lo que es un tema capital, quizá uno de los más importantes al que nos enfrentamos constantemente todos, lo reconozcamos o no. Ahora, a mi amigo y a mí, nos toca hablar del amor en la edad tardía, y lo hacemos con las mismas ganas y desde perspectivas seriamente diferentes a entonces, tan alejadas como el nacimiento y el ocaso.
Hablamos de lo que significa el vínculo (el que yo siempre busco) y su dificultad; y la sensible diferencia con el mero contacto levemente comprometido, gaseoso (tendencia actual, especialmente puesto en juego en las redes sociales, tan frustrantes). También dimos vueltas en torno a la absoluta imposibilidad, defendida por mi amigo, a partir de premisas platónicas, de ser uno en el otro y viceversa. Para él es completamente inaudito que dos sean uno, o, dicho de otro modo, el contacto amoroso siempre será uno más uno, en el mejor de los casos, porque en una abrumadora e inmensa mayoría de las situaciones, no es ni eso.
Sin dejar de estar de acuerdo objetivamente con esa teoría, en mi fuero interno rechazaba el fondo de fatalismo que encierra el concepto, algo así como renunciar a priori al imposible (idea demasiado prosaica para un romántico como yo), y porque el amor o juega y se conjuga con el sueño de lo inalcanzable o, probablemente, ni merezca la pena ni siquiera pensarlo.
No le dije a mi amigo lo que yo sentía al respecto, que no es otra cosa que, el reconocimiento de lo irrealizable no me vale de nada, a nadie le sirve; y que lo que verdaderamente es de utilidad para una vida es intentar hacer inmenso y eterno lo que por definición no lo es. Soñar que lo es. No pensar nunca en términos inalcanzables o utilitaristas; o dicho de otro modo, en la derrota antes de empezar la contienda contra la realidad.
Hablamos y hablamos, también del vacío, del agujero que todos llevamos consigo y de la imposibilidad de que el otro lo pueda tapar, o no (esto último, tontamente, lo pensaba yo)…
La Fotografía: Otra vez, esculturas del polaco Igor Mitoraj, en el entorno de Villa Casale. Desde mi visita a Sicilia parece que sus formas se me hayan quedado fijadas como referente artístico. Entiendo y siento sus obras, me parece.

Pepe Fuentes ·