DIGRESIÓN UNA. Minnie and Moskowitz (Así habla el amor). EE.UU. (1971). Guion y dirección: John Cassavetes. Intérpretes: Gena Rowlands, Seymour Cassel, Val Avery, Timothy Carey, Katherine Cassavetes, John Cassavetes.
¡¡¡Qué fresco, qué trascendente, qué intenso, qué divertido y qué interesante era el cine de Cassavetes!!!
Se casó con Gena Rowlands en 1954 y en las tres décadas siguientes, ambos, hicieron varias películas memorables (tengo pendiente de ver tres o cuatro más que coloqué ayer en lista de espera).
Qué bien lo pase viendo está película que me asaltó en la parrilla inesperadamente, el otro día, cuando no esperaba nada en especial de mi noche televisiva.
Me resultó una delicia desde el primer minuto, aunque no exenta de cierta amargura, hipocresía, zafiedad de alguno de sus personajes secundarios y un cierto escepticismo ante la posibilidad del amor, que a medida que la historia avanza va desmontando hasta hacer que el amor imposible prevalezca en una más que brillante mezcla de ingenuidad y buenos propósitos que finalmente florecen en una edulcorada fiesta familiar repleta de niños, risas y tartas. Se le puede perdonar tan mirífica situación porque a mí, antes, hizo que me interesara vivamente por la reflexión que propone sobre la necesidad del amor, sobre la falta de idoneidad de los que terminan juntos, pero que se necesitan y sobre la absoluta determinación de Moskowitz para conseguir el amor de Minnie. Un momento estelar del enamorado, inasequible al desaliento, cuando le dijoa ella: –os tomáis demasiado en serio– por eso, dándole absolutamente igual que ella le dijera que era imposible que le amara porque no era su tipo, se dedicó a vivir su amor por ella con la seguridad de que ese poderoso argumento era suficiente, y lo fue. La maravillosa historia de amor, además, me hizo reír a carcajadas en algunos momentos. ¡¡¡Qué más se puede pedir de una película ligera que guardaba en su interior las más graves inquietudes humanas!!!
23 MAYO 2022
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