DIARIO DE VIAJE: A Teruel
Día 2.1 Martes (17.05.2022)
… Salí de Teruel en torno a las ocho y me dirigí hacia el sur, para luego ir derivando hacia el Este. La primera parada fue Formiche Alto, donde visité un puente medieval y una ermita (por fuera), que se encontraba al lado. Tomé un café en la plaza (no había desayunado), y de ahí seguí ruta hacia Cabra de Mora, pequeño pueblo de 68 habitantes. En las afueras (en estas diminutas poblaciones, todo son afueras), se encontraba la Ermita de la Escala Santa, edificio barroco, construido en piedra de mampostería y sillarejo, formado de dos plantas que se encuentra junto a la Iglesia parroquial de San Miguel Arcángel. Estaba cerrada. No pude visitarla.
De ahí me dirigí hacia Mora de Rubielos. Llegué enseguida.
No llevaba ninguna referencia concreta, salvo callejear, y enseguida me encontré con un enorme castillo, de altos muros, sobrio, sólido, impresionante. Me apresuré a entrar (menos mal que, a pesar de ser martes, estaba abierto). No tenía ninguna información previa. Nada más acceder al patio de Armas, me paré no dando crédito a lo que veía: un patio cuadrangular de mil quinientos metros cuadrados con unas maravillosas y perfectamente cuidadas arcadas góticas que limitaban la galería que rodeaba el perímetro. A lo largo de los soportales se exponían armas medievales, así como en los salones que se desplegaban en torno al patio. Al parecer, la referencia más antigua se remonta al siglo XII, aunque ya antes fue enclave árabe. También en la planta superior se sucedían grandes estancias con exposiciones. Había una del pintor realista figurativo Agustín Alegre, turolense…
La Fotografía: Patio de armas del castillo de Mora de Rubielos. En momentos como este, frente a este maravilloso e inesperado patio, es cuando sientes que el hecho de viajar tiene todo el sentido del mundo.