LOS MICROVIAJES: Madrid (7)
(miércoles, veintisiete de julio de 2022)
… La asistencia a un Museo es entrar en un mundo, en un entorno, en una realidad al margen de la realidad misma, tal y como la vivimos o percibimos, preñada de texturas difíciles, incómodas y potencialmente hostiles. Pero, al mismo tiempo, el museo mismo puede agredir nuestro instinto de conservación más básico ya que nos propone salir de nosotros mismos para entrar en el mundo, a veces incomprensible y sofocante y revulsivo de los artistas. Los museos son escenificaciones de lo que podría definirse como heterotopías.
“Según Foucault, las heterotopías cumplen una función, que puede ser de dos tipos: o bien funcionan como una ilusión que nos hacen ver la realidad física como un espacio más ilusorio, o bien, crean un territorio tan organizado, estructurado y funcional que toda percepción del ambiente real es de desorden, embrollo y alteración”. Laura González Flores
La Fotografía: Una familia quieta y expectante en un espacio frío, aséptico y sugestivamente atemporal. Me pregunto si esas personas se sentían en un espacio ilusorio que les despertaba genuino interés y hasta emoción; o, por el contrario, en ese momento, con una obra abstracta que parece interpelarles agresivamente, como intermediaria entre el museo y ellos, los desazonaba y situaba en el lado oscuro de una posible heterotopía. No sé, yo tan solo me sentí involucrado ante un escenario fotográfico posible; pero no por la obra pictórica ni por la familia, en la que observo, por cierto, un gesto de claro distanciamiento en la hija adolescente. Después de fotografiar me alejé sin mayor reflexión hasta ahora que he retomado el momento.