LOS MICROVIAJES: Madrid (1)
(viernes, dos de septiembre de 2022)
Mi único objetivo del día, por la mañana, era visitar el Museo Lázaro Galdiano, sede d la fundación homónima. Poco tengo que decir en esta especie de introducción, salvo que iba con buen ánimo y dispuesto a fotografiar. Nada más circulaba por mi atribulada cabeza; bueno sí, precisamente hoy sí, pero no lo voy a contar porque me produce un cansado desaliento por reincidencia obsesiva.
Bueno, a otra cosa, aunque soy consciente, que dicho lo dicho es de todo punto necesario contar de qué se trata por ser regla de oro narrativa, supongo. No lo haré porque no me debo a nada ni a nadie, solo a mí mismo.
Desde la estación de Atocha subí muy despacio hasta la calle Serrano 122, donde se encuentra el museo. Me hicieron una rebaja del cuarenta por ciento por ser viejo (solo pagué cuatro euros). Me pareció bien. Por lo menos que nos devuelvan algo por ofrecer el espectáculo de nuestra decadente precariedad (por cierto, que de espectáculo no tiene nada, salvo una penosa realidad estética) …
La Fotografía: La llegada a la Estación Puerta de Atocha. Treinta y siete días después de mi último Microviaje a Madrid. Reincidí, a la misma hora y por el mismo medio de transporte: El Tren. La foto, la que suelo hacer siempre que llego a una estación de transporte: la gente que se va a continuar con su vida, después del paréntesis viajero. Me gusta esa alegoría sobre la vida.