DIARIO DE VIAJE: Al Sudoeste
Día 3.3 Miércoles (21.09.2022)
… Llegué a Feria sin contratiempos. Subí a la parte alta del pueblo donde se encuentra una hermosa plaza y la iglesia de San Bartolomé, cerrada, como siempre ocurre con las iglesias de pequeños pueblos. Subí hasta el castillo del Ducado de Feria, también cerrado (solo abrían en fin de semana). Fotografié.
Por cierto, no sé por qué en ese pueblo, en Feria, celebran especialmente el talento literario de Jesús Carrasco. Yo también, pero yo sé por qué lo hago.
Sin nada más que hacer en ese bonito pueblo continué viaje hacia Zafra (20 Km), donde pensaba dormir. Llegué en torno a las siete. Busqué hotel, que encontré enseguida. Tomé la habitación y ya sin cámara (estaba anocheciendo) salí a visitar el pueblo.
Me encontré con lo que ya sabía, un pueblo grande, con un rico patrimonio, según puede ir viendo mientras callejeaba. No entré en ningún edificio monumental y seguro que me perdí interiores interesantes. Ya era de noche y en ese momento lo que me interesaba era encontrar un lugar conveniente para cenar tranquilamente, a ser posible en una terraza. De una plaza interesante, pasé a otra contigua, igualmente recogida y porticada. Elegí un restaurante que, imprudentemente por mi parte, parecía caro y lo fue. Licencia que no estoy seguro de poderme permitir. Pero, lo hice. Quería desquitarme, supongo, del peor día de viaje desde que comencé la Road Movie.
Volví al Hotel a las once, poco después dormía sin inquietudes ni culpa.
La Fotografía: Feria, pueblo blanco encaramado a un alto empinado de la Sierra Vieja. En lo más alto del montículo, un recinto amurallado con una imponente torre del homenaje: sólida, alta, cuadrangular, hermética. Misteriosa e imponente.