9 ENERO 2023

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2023-01-09
Referencia
3111

LOS DÍAS, 6
Domingo, ocho de enero de 2023

Ayer, sábado, nada, nada de nada. Por la mañana fui a pasear al barrio del polígono de mi ciudad. Núcleo de población sin belleza. Horrorosamente anodino y popular (todavía no me explico por qué lo hice). Menos mal que en audible me acompañaba Ayn Rand, El manantial.
Por la tarde, en mi casa. Primera hora: lectura (Dos hermanas, de David Foenkinos). Luego, estudio. Más tarde, cena y partido de fútbol en diferido (perdimos, sí, el Madrid perdió).
No hablé con nadie, como suele ser habitual.
Más tarde, terminé de ver una película que había empezado el día anterior, de espías de más allá del telón de acero, en los años ochenta, cuando ese maldito y siniestro entramado político se iba a la mierda. La película está bien concebida y realizada; es lo suficientemente tétrica como para impresionar. A mí me sobrecogió el modo en el que matan a un tipo: le meten una víbora por la garganta que le destroza por dentro estando vivo todavía (nunca había visto una cosa así).
Sí, una historia en claroscuro (sobre todo oscura) que ni me acuerdo como se titulaba.
Mí día sí que estaba resultando oscuro, por vacío.
Por cierto, por la tarde, estuve dándole vueltas a un nuevo capítulo del diario, porque ahora estoy vacío por dentro y por fuera y este asuntillo de mi supervivencia “creativa” está seriamente en peligro. Todavía no tengo claro como lo titularé ni que orientación podría dar a la novedad (realmente nuevo, no hay nada); lo que sí hice, ayer por la tarde, es pergeñar unas composiciones sobre el vacío. Ya veré, como me sale la ocurrencia.
Ayer, por la mañana, una mujer que me sigue en Instagram (yo a ella también), dijo: “A veces el diario necesita de un silencio para arrancar con más fuerza y visión”. Como esta mujer, por la calidad e intensidad de sus publicaciones me merece todo el respeto y admiración del mundo, la contesté: tienes razón, pero no siempre me sale bien. Aprecio mucho tus opiniones. Claro que la tenía, sobre todo en lo que se refiere a la visión, y de la fuerza, mejor ni hablar. Pero, este diario no es para nadie, y mucho menos para el arte, aunque juegue a eso. Este diario es, simplemente, un cuenta-días (desde hace veinte años ya), como si de un cuentakilómetros de un coche se tratara. Si el coche se mueve, cuenta; si yo me levanto sano por la mañana, el diario se mueve. El día que no se mueva será porque me habré muerto. Y ya está. Y, el arte, la expresión, la literatura, la fotografía, todo, se puede ir a hacer puñetas. No obstante, aprecio mucho a María, aunque no somos amigos, ni lo seremos: en las redes no hay amistades ni puede haberlas. Sin un reflejo mutuo de miradas, no hay amistad, no hay amor, apenas hay nada.  Sencillamente es imposible. Las jodidas redes son salvavidas pinchados.
Bueno, no contento con el día gris que había llevado, y por salir de mi casa por la noche (llevaba dos o tres semanas sin salir, incluidas las dichosas navidades), me fui a tomar una copa al bar al que suelo ir cuando salgo, en mi ciudad: sí ese sitio que parece una mala pesadilla. Batí un récord: entré a las doce y cuarto, pedí un ron con hielo, como siempre; miré en torno mío, me espantó lo que vi y abandoné la copa y el local. A las doce y media volvía a mi casa.
El domingo acabó como había comenzado, frío, gris, lluvioso, solitario, silencioso y feliz. La felicidad, tal vez, pienso ahora, es una escala de grises.
La Fotografía: Me levanté a las siete y media. Llovía. Desayuné y subí al estudio dispuesto a no salir en todo el día; salvo para el paseo diario, que no estaba seguro de asumir, porque no tenía a Mi Charlie conmigo. Esta fotografía es de lo que veo todo el día y todos los días, desde mi ventanal. Mi casa (y de Naty) es la más bonita del barrio más feo de la ciudad. Al menos me cabe ese honor.

Pepe Fuentes ·