DIARIO ANALÓGICO
El silencio y 3
Martes, diez de enero de dos mil veintitrés
“El canto de las sirenas es peligroso, pero mucho más peligroso es que las sirenas enmudezcan. Sin su canto el silencio de la travesía se hace verdaderamente insoportable”. Rafael Argullol
Qué fácil analogía para mí, ahora. Mis sirenas, que nunca fueron mías, han ido desapareciendo a lo largo del vastísimo tiempo transcurrido. Al despertar del penumbroso sueño que ha durado tanto, voy adentrándome en la sima del silencio porque me he quedado solo. Mis palabras ya no irán a ninguna parte y las de ellas, las sirenas, tan importantes para mí durante todo el tiempo, ya no me alcanzarán porque no irán dirigidas a mí. Será tiempo de silencio hasta que el camino acabe. Ya no queda mucho, pero será tan callado y desoladoramente largo que me extenuará.
El silencio no es otra cosa que no tener a quien dirigir nuestras palabras, nuestros sentimientos, nuestro corazón, nuestro deseo.
“El silencio es el alma de lo bello”. Gustavo Martín Garzo
No, amigos poetas y artistas, del silencio del que estoy hablando ni tiene alma ni es bello, es una maldita y sórdida condena a muerte.
La Fotografía: Naty, hace cuatro años. Una de las últimas fotografías analógicas que la hice. Graciosamente, fue para el íntimo reportaje de boda que nos hicimos (nos casamos unos días después). Su imagen se ha repetido en estos tres últimos días, porque permaneció durante mucho tiempo y ha sido una de las últimas en abandonar el barco de mi vida íntima. Este hecho es tremendamente significativo en todo lo que vengo contando. También simbólico. El paso del tiempo propicia las separaciones porque todos cambiamos incesantemente y ya no podemos sostener por más tiempo el sentido que tuvo la relación antes, sencillamente porque lo eran del antes y no del ahora.