20 ENERO 2023

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ACROS 100
Fecha de diario
2023-01-20
Referencia
9407

DIARIO ANALÓGICO
El suicidio 2

“Móvil del suicidio: le respetaban demasiado”. Peter Handke
Un buen motivo, del que habla Handke; claro que, también lo sería, por lo contrario.
Tremenda cosa la del respeto. Da miedo. Prefiero cien veces la indiferencia del anonimato. El respeto, o la falta de él, puede constreñir tanto una vida que la haga invivible.
Otro de los grandes motivos de suicidio es la falta de libertad, que algunas personas pueden sentir de un modo especialmente lacerante: “El suicidio sublime es la muerte que uno se da para recuperar una libertad perdida. Nada es más preciado para Séneca que la autonomía, en su sentido etimológico: el poder que tenemos sobre nosotros mismos. Es, en efecto, la condición que hace posible la sabiduría, el trabajo filosófico y, por lo tanto, la vida filosófica”. Michel Onfray
Otro gran autor que se ocupó especialmente en su obra de la muerte, del sinsentido de la vida, del inconveniente de haber nacido, en definitiva, fue Emile Cioran: “Los románticos fueron los últimos especialistas del suicidio. Desde entonces se improvisa. La muerte es lo sublime al alcance de cualquiera”. Desde luego, los románticos elevaron el hecho a la categoría artística, o al menos ese es el matiz que el arte y la literatura se ha encargado de elevar a grandilocuente y mítico.
Pero, no es así, el suicidio está más allá de cualquier condición concreta, sea cultural, social, económica, amorosa, fisiológica… es una decisión brutal y libérrima a la que puede acogerse con una determinación absoluta e irrefrenable cualquier ser humano. Probablemente exista un componente determinista en los suicidas. Y, en consecuencia, en los no suicidas, porque razones para suicidarse siempre hay, y solo lo hacen un ínfimo número en relación con la población total… En nuestro país, más o menos el 0,008%. En consecuencia, no suicidarse es una de las cosas más sencillas de hacer y yo estoy ahí, en lo fácil, que no necesariamente en lo lúcido.
La Fotografía:
He utilizado la pistola como metáfora más eficaz de la muerte por disparo inapelable y rápido y supongo que indoloro (quizá yo lo haría así). Jamás recurriría al cruento seppuku (no hay problema porque ni soy japones ni samurai). Tampoco me tiraría desde una altura cualquiera; y no me adentraría en el agua con piedras en los bolsillos (Virginia Woolf). Tengo dudas sobre si recurriría a la química. Ni al monóxido de carbono (no tengo garaje). Ahorcarme ni se me ocurriría, es tan tosco el recurso. Bueno, en realidad a nada, porque no me suicidaría nunca, me falta carácter y sentido trágico.

Pepe Fuentes ·