DIARIO ANALÓGICO
El aburrimiento 3
Viernes, diecinueve de enero de dos mil veintitrés
“El secreto de ser aburrido es decirlo todo”. Voltaire.
… Supongo que, a estas alturas, cualquiera habrá determinado que soy aburrido (lo estoy diciendo todo); pero no me estoy aburriendo y eso es lo que verdaderamente me importa: No aburrirme…
Después de charlar un rato con mi espontáneo e inesperado espectador, se marchó (quizá porque mostré impaciencia o porque se aburrió de mí). Reanudé el desarrollo del cuentecito, del que no tenía guion, pero que sí había previsto de algún modo porque había llevado el atrezo y el vestuario.
Creo que me estoy liando un poco, mezclo demasiadas cosas.
Se puede dar una circunstancia absolutamente natural en la vida: los aburridos, en contacto con otros aburridos, no se aburren Con los entretenidos pasaría lo mismo y así hasta el infinito.
En consecuencia, lo de aburrirse o no; o lo de ser aburrido o no, dependerá de con quién te juntes. Luego, hay que gestionar bien las relaciones interpersonales y vivir cerca de gentes parecidas para evitar la mordedura del rechazo (por aburrido); tal vez todo consista en eso y nada más. Por ejemplo, hay gentes que se unen a otras gentes con el solo interés de la micología, pongo por caso (en realidad solo buscan compañía para conjurar el aburrimiento o la muerte en vida).
No sirve de nada buscar a gente que aparentemente no sea aburrida, si no hay afinidad o “química”, no funcionará, por ejemplo, los “divertidos a todas horas”, a mí no me servirían porque me parecen la gente más detestable y aburrida del mundo. Siempre intentando imponer su maldita presencia a base de gracietas y tontunas.
En realidad, a mí no me sirve prácticamente Nadie. Ni se me pasa por la cabeza buscar a gente de ocupaciones o aficiones supuestamente afines, porque tampoco la soportaría. La maravillosa vida en compañía reside en otra cosa.
Cuando me he planteado abordar este espinoso asunto pensaba que me iba a salir una composición seria, como todas las mías, pero qué va, no lo consigo, me está saliendo un “churro”. Creo que lo voy a dejar por hoy y veré si mañana estoy más inspirado …
La Fotografía: Qué me ha salvado entonces del más absoluto fracaso existencial, dado mis escasos recursos: La Cultura (y a veces el arte, pocas).
Sin ella, que como el amor la encontré yo solito, sin que nadie me dirigiera directamente, mi vida habría sido una catástrofe. Eso sí, a la cultura por la vía autodidacta. Nunca he tenido maestros, tampoco los habría soportado. La elegí como campo de interés de modo instintivo, pulsional (como todo lo que tiene que ver conmigo). Toda mi vida he perseguido un determinado tipo de conocimiento y eso me ha evitado el aburrimiento y la aniquilación total.