LOS DÍAS 12
Viernes, veinticuatro de Febrero de 2023 (y dos)
… Segunda parte de la entrada publicada el uno de marzo.
Salí de Arco en torno a las seis y media. Conduje hasta el centro de Madrid y aparqué. Todavía quedaba una hora para que comenzara el teatro. Di un paseo y me tomé un vino.
Vería la representación de la adaptación de una novela de Miguel Delibes, Las guerras de nuestros antepasados, adaptada por Eduardo Galán, dirigida por Claudio Tolcachir, e interpretada por Carmelo Gómez y Miguel Hermoso. La obra original no la había leído. El recluso Pacífico Pérez (inmenso Carmelo Gómez), irá recordando su vida a través de las preguntas del doctor Burgueño (Miguel Hermoso, que pasa desapercibido eclipsado por la descomunal interpretación de Carmelo). Entran en juego a través de los recuerdos de Pacífico, el bisabuelo (guerras carlistas); el abuelo (guerra en Marruecos); y el padre (guerra civil); pero por encima de los recuerdos bélicos, está la extrema sensibilidad de Pacífico, y sus memorias entrañables y tranquilas. Aunque, al final, su vida tome unos derroteros trágicos.
Vibrante obra, sostenida por una conmovedora interpretación, gracias a una magnífica adaptación de Eduardo Galán; y una también brillante dirección de Tolcachir. Tal y como confiaba la experiencia teatral resultó superior. Me agradecí el diseño del plan del día. Estuvo realmente bien.
A las nueve y media, cuando salí del teatro (hacía frío), lo último que me apetecía era deambular por Madrid o buscar un restaurante. Volví a mi casa. A las diez y media, frente a una ensalada, me dispuse a ver una película.
El día había acabado bien. En esos momentos, antes de acostarme, no echaba nada de menos.
La Fotografía: Carmelo Gómez, correspondiendo a la cerrada ovación que recibió. Se la mereció.