ADENTRÁNDOME EN LAS TINIEBLAS XIX
Los Corolarios
Martes, catorce de marzo de 2023
Hoy, no sé de qué escribir. De pronto se me ha echado el tiempo encima, no tengo diario preparado. Técnicamente el diario asociado al tiempo real es un poco incierto: la fecha de preparación (escribir, fotografiar y revelar) es imposible hacerlo coincidir con el momento de la publicación; pero eso sí, el desfase es tan solo de unos días y siempre procuro datar el momento de la escritura. La fotografía es otra cosa, puede ser de cualquier momento, de estos últimos cuarenta años, por ejemplo.
Por qué no tengo de qué escribir? Sencillo, si la escritura es el reflejo de mi vida, ésta se va reduciendo a niveles meramente vegetativos y orgánicos. Mero mecanismo de respiración asistida por la inercia de la costumbre. No hay solución para eso. Cuando la crisis llega a este punto es que ya no hay solución, la metástasis y el fallo multiorgánico está servido. La vida tan solo será agonía. Son las tinieblas, las de verdad y no un mero ejercicio literario…
La Fotografía: Los amantes de Toledo. Muertos. Sobre ellos no hay leyenda, no hay historia, Shakespeare no vino a teatralizar su tragedia (Romeo y Julieta); tampoco la de Los amantes de Teruel, que contó Giovanni Boccaccio (Decamerón), Tomás de Bretón, Tirso de Molina y algunos otros autores relevantes. Su amor ha transcendido a su muerte y al tiempo, tan solo lo cuento yo con estas dos fotografías. Es decir, a la historia no pasarán, pero ahí están, para la historia, gracias a mi Mamiya RB67, aunque sean anónimos.