ADENTRÁNDOME EN LAS TINIEBLAS XX
Los Corolarios
Martes, catorce de marzo de 2023
… Y, por eso, los temas de diario no acabarán nunca porque son la conjugación inexorable de una vida languideciente, pero vida, a fin de cuentas. Sí, la que la salud permita, aunque duela.
Cuando enferme (por el momento, me asiste una salud física incansable), de gravedad, se entiende, solo tendré dos opciones: o resisto y lucho para mal-durar un poquito más (no sé para qué); o me coloco en la cola de la eutanasia (esa es la opción lúcida y compasiva para uno mismo). A una cierta edad, las amenazas a la salud proceden de todos lados, por tierra, mar y aire. Los viejos estamos sitiados, incluso en el corredor de la muerte que es nuestra vida presente (los que todavía no lo son, también lo están, pero tienen vacaciones penitenciarias cuando les vienen bien dadas y, sobre todo, inconsciencia a raudales). Cuando me levanto, lo que hago, nada más poner un pie en el suelo: un espasmódico y desesperado corte de manga a quien corresponda, es decir, a todo el mundo, y, después, unos nerviosos pasitos de baile, o estiramientos gimnásticos, como hace Mi Charlie y, después, aplastarme en la trinchera y no sacar la cabeza porque si lo hago la enfermedad o cualquier hijo de puta, me la vuela de un certero y trágico disparo; o, lo que es casi peor, la infinita burla del mundo a mi decrepitud.
¿A qué he venido hoy al diario? No lo sé, pero aquí estoy, sano (quiero decir libre de dolor), aunque no del todo porque dañado ya me siento; por nada o por todo, pero por nadie en especial, o sí, pero no desgranaré agravios que tengan que ver con personas, que bastante tienen con su propio drama, o su frágil equilibrio; sino porque el sortilegio, la mágica representación de la vida, terminará enseguida. El telón descenderá lentamente y el apagón será real y cierto en un suspiro…
La Fotografía: Yo, en una cama, pero no propia ni actual (fue hace unos años), en un hotel de Brasov, Rumanía. En ese momento todavía no me sentía tan acuciado y hasta me levantaba como si nada pasara.