ADENTRÁNDOME EN LAS TINIEBLAS XXI
Los Corolarios
Martes, catorce de marzo de 2023
… Cuándo sientes que el heraldo negro que tienes reservado ya ha partido hacia dónde te encontrará, que cada día se acercará peligrosamente no puedes evitar preguntarte: ¿a qué edad, en qué momento, me infecté de ese funesto presagio? No lo sé en mi caso; en general dependerá de cada cual, de sus circunstancias y de lo que haya aprendido o desaprendido en la vida. Por ejemplo, para mí, son agravantes, adentrarme en las tinieblas del augurio y la edad en soledad, no tener un cuerpo cerca al que abrazar (ya hace un año que no abrazo a nadie, a una mujer se entiende, todas huyeron de la contagiosa lepra que es mi vejez); no tener un proyecto al que aferrarme, aunque sea engañoso (todos terminan siéndolo).Tan solo me queda este diario; ser consciente de la inmensa estupidez que anida en los seres humanos (la mía también, que nunca me falte la autocrítica); no tener un Dios al que adorar diariamente y con el que narcotizarme; y hablando de narcóticos, tampoco cuento con las peligrosas pero consoladoras adicciones; carecer de cualquier tipo de ideal que tenga que ver con el mejoramiento o empeoramiento del mundo (el puto mundo, es decir sus pobladores, que me dan exactamente igual, solo estoy interesado en construir defensas entre ellos y yo)…
Podría seguir con el inventario, pero para qué…
La Fotografía: En cuanto al sexo, poderoso recurso para combatir el vacío existencial, solo me queda seguir el consejo de la militante de la foto. El problema para eso, como para todo: la desgana.