LOS DÍAS 29
Miércoles, cuatro de Mayo de 2023
Naty y yo hemos llevado hoy a Mi Charlie a la clínica de especialidades a revisión, a la que acudimos desde hace seis meses ya (una vez al mes, como mínimo). Sin resultados. Hoy ha tocado con patita sangrando. Yo apenas si tengo alguna expectativa de que pueda curarse. Naty, sin embargo, confía algo más.
Mientras esperábamos teníamos enfrente a una pareja mayor con un perrito en un cochecito. Ella, acariciaba amorosamente la cabeza de su perrito, él miraba su móvil. Cuando la señora se dirigía al hombre ladraba malhumorada; ni muchísimo menos se relacionaba con él con el cariño que dedicaba a su perrito de pelo revuelto. El hombre y la mujer no parecía que se llevaran bien en este momento de sus vidas.
Y en esto llegó la máxima responsable de dermatología de la clínica (no la conocíamos), ya que Mi Charlie ya solo necesita eminencias. Para empezar, a pesar de que la avisamos de que a Mi Charlie no se le puede tocar, aproximó la mano y él lanzó una tarascada (menos mal que tenía el bozal puesto). Como algo tenía que hacer para cambiar el fracaso sistemático de los tratamientos prescritos, cambió algunas cosas. Ya veremos. No sé.
Volvimos a las tres de la tarde y Mi Charlie se vino a mi casa conmigo para los próximos quince días.
La Fotografía: Esta es la patita enferma de Mi Charlie. Padece una Pododermatitis con fístulas interdigitales. De origen autoinmune y alérgica, crónica e incurable. No responde al tratamiento. La secuencia del mal es la siguiente: el abultamiento que se observa a la izquierda de la imagen crece y crece, revienta, sangra y se reduce. A partir de ese momento el proceso cíclico recomienza y así una y otra vez. Por debajo también tiene una fuerte erosión en la zona interdigital. A veces, cojea ostensiblemente. Mi Charlie sufre por esta razón y me temo que también por el efecto secundario del fuerte tratamiento.