DIARIO ANALÓGICO
LOS OTROS 4.1 (en pareja)
Miércoles, diez de Mayo de 2023
Acabo de tropezarme en El Confidencial, con una entrevista a Jean-Charles Bouchoux, a propósito de la reciente publicación de su último ensayo en España: Los perversos narcisistas; quiénes son, cómo actúan y cómo deshacerse de ellos. En esa entrevista Bouchoux explica muy nítidamente como identificar a esas personas terriblemente peligrosas y dañinas. Este psicoanalista me ha seducido con sus argumentos e inmediatamente he comprado la edición digital. Nunca se sabe dónde acecha el insidioso peligro y mejor saber que no.
Entre otras cosas dice: “El perverso narcisista utiliza el vínculo familiar, profesional o sentimental para someter al otro. Necesita de esta proximidad para ejercer su influencia y no permite que su víctima se aleje de él. Es frío, no conoce la culpabilidad y no duda en culpabilizar a los demás. Puede ser celoso e infiel. No soporta ser blanco de las críticas, pero critica sin cesar. Descarga su rabia y sus miedos sobre el otro. Si siente angustia, rápidamente hace experimentar al otro la misma emoción. Para crecerse se alimenta de la imagen de su víctima: cuanto más la menosprecia, más fuerte se siente”.
El entrevistador le pregunta: ¿Es el perverso narcisista un enfermo que se puede curar?
Bouchoux, responde: “La respuesta para mí es no. Los mecanismos de defensa del perverso narcisista son medicamentos que le permiten nadar para poder curarse, si la pregunta se plantea así. Pero para curarse, tendría que aceptar entrar en una depresión y no podría soportarlo, así que no, no saldrá de ella y, desde cierto punto de vista, él no está enfermo; de hecho, es la víctima la que está enferma…La víctima es la droga del perverso narcisista y el perverso narcisista es el síntoma de la víctima, así que es la víctima la que tendrá que encontrar la razón por la que aceptó entrar en esta relación y encontrar cómo curarse, en el sentido de intentar no volver a caer en este tipo de relación, comprender simplemente lo que pasó. Simplemente entender”.
Yo necesito entender y por eso me he comprado la obra de Bouchoux.
Me ha llamado la atención el que en todo momento utilicen el masculino, paragógicamente, para una vez que sería más que conveniente el lenguaje inclusivo.
Me he preguntado a mí mismo: puedes ser tú un perverso narcisista, inadvertidamente, claro. Me he contestado, sin la más remota sombra de duda: desde luego que No. Más bien, lo contrario: soy la víctima potencial de cualquier perversa narcisista que se me acerque, es decir, el enfermo). Lo que me ha dejado muy intranquilo y afectado. Debo encontrar enseguida las razones por las que me he convertido en una vulnerable víctima e instalar un fiable e infranqueable sistema de seguridad para mi inestable equilibrio emocional.
Finalmente, para que esta entrada no esté impregnada de fatalismo, la respuesta del terapeuta a una pregunta clave:
¿Cómo podemos librarnos de un narcisista? R: Lo dejamos, una vez que nos vamos, nos vamos.
Pues eso.
La Fotografía: Pues sí, esta mujer, indudablemente atractiva, me pareció interesante fotografiarla, junto a su pareja de ese momento (diario de mañana); pero me caía bastante mal. Jamás habría deseado a una mujer así. Indudablemente, ella se creía una estrella (narcisista, tal vez, aspecto que no puedo afirmar porque no la conocí lo suficiente, pero lo parecía porque, a groso modo, respondía al perfil). La relación con su pareja de ese momento era altamente improbable (muy distintos en todo). No mucho después se produjo la previsible ruptura que no creo que fuera una mala noticia para ninguno de los dos. No podía acabar bien, suponiendo que una ruptura sea acabar mal, que yo, desde luego, no lo tengo claro, ni mucho menos.