7 JUNIO 2023

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
Benidorm (España)
Soporte de imagen
DIGITAL (3200)
Fecha de diario
2023-06-07
Referencia
6773

DIARIO DE VIAJE:  Al sureste
Viernes:
veintiséis de mayo de dos mil veintitrés.

… Me levanté a las 7:30 en el Hotel de Benidorm. A las ocho bajé a desayunar. Compartí el comedor con diez o doce viejos como yo (el desayuno no estuvo mal). Todos iban vestidos con atuendos playeros, algunos en pareja y otros solos. Espectáculo estéticamente lamentable el que sucedía en ese comedor a esas horas. Dos de ellos, hombres, conversaban en la mesa de al lado. Uno decía que tenía nietos; y el otro, sin embargo, le contestaba que él no tenía a nadie, que estaba absolutamente solo, salvo unos sobrinos a los que no veía casi nunca, pero que serían sus herederos.
No me gustaba el paisanaje del comedor, y en momentos así, procuro tardar poco en el trámite. Obviamente, no hablé con nadie y nadie me dirigió la palabra. Menos mal.
De Benidorm al castillo de Santa Bárbara, en Alicante, sin parar en ningún sitio.
Allí, en ese empinado y agreste, pero remozado castillo, turistas y poco más. Muchos. Aburrida visita. Los castillos, o perviven olvidados y solos en escarpados y solitarios parajes, o no merecen la pena. Y si encima colocan paneles explicativos en varios idiomas y crean centros de interpretación, pantallas y cosas así, mejor ni aproximarse; justamente lo contrario de lo que hice yo.
Bajé a la ciudad de muy mal humor y enfadado conmigo mismo. Me dije: -no paras de hacer gilipolleces, tío- Ni me contradije ni me consolé.
Momento valle del viaje, o tal vez peor, oscuro y desalentado.
La razón de que estuviera en el mismísimo centro de Alicante, a las doce cuarenta y cinco, no era otra que buscar historias, palabras e imágenes para alimentar este jodido diario. Sin variantes de la nada, no me es fácil encontrar palabras ya que éstas son el combustible de este artilugio, sin ellas, la locomotora de mi vida no se mueve: ¡más palabras, más fotos, es la guerra!
La única historia que se me presentó en el paseo marítimo fue la de dos bonitos perros, grandes, que, cuando se vieron corrieron el uno hacia el otro, se saludaron y comenzaron a jugar alocadamente entre ellos, y antes, ambos, de pie sobre sus patas traseras y apoyando las delanteras en los hombros, saludaron a los dueños respectivos, abrazándoles. No fotografié, ambos animales me hechizaron por su belleza y por la enternecedora escena que crearon espontáneamente, plena de inteligencia y sociabilidad (Mi Charlie no es así, es como yo).  
Después de la tranquila cerveza que me tomé en el paseo, me dirigí al Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, que tenía mucho interés en visitar…
La Fotografía: Benidorm, país de viejos, generalmente acompañados, bien en grupos de parejas, o parejas solas. Resulta entrañable y triste al mismo tiempo, observar a parejas mayores, agarrados de la mano y en silencio, caminar por calles y paseos. Ya se lo han dicho todo el uno al otro y a sí mismos, pero se acompañan no sé si para protegerse mutuamente, o la peor posibilidad, porque ya no saben hacer otra cosa.
En la página de contactos con desconocidos, a la que sigo suscrito, pero que no me posibilita ni satisfacciones ni contactos, una mujer de sesenta y cinco años, se presenta ofreciendo su inútil esperanza: “Busco una persona que me acompañe el resto de mis días”.
Ellas, las mujeres, casi sin excepción, piden, pero nunca ofrecen lo mismo: ésta pedía compañía, pero no la ofrecía. Así no vale porque no hay nada sobre lo que sostener un acuerdo compasivo. Debe ser un simple problema de mala educación.

Pepe Fuentes ·