LOS DÍAS 62
Sábado, dieciséis de Septiembre de 2023
Por la mañanita, paseíto, como siempre, con Mi Charlie. Nada ha sucedido, salvo al final del paseo que me he encontrado con una mujer (o sería mejor decir tropezado, dado que ya no las amo), conocida de los paseos con perro (hasta hoy, solo nos decíamos -hola y adiós-). Siempre me ha llamado la atención en -plan bien- por dos razones, es una mujer de físico atractivo (mediana edad, alta y delgada), y su perro es muy bonito: negro y esbelto. Pero, hoy, mira tú por dónde, se me ha ocurrido dirigirme a ella para preguntarle porque ata a su perro cuando nos divisa. Curiosamente, hace unos meses le hice una pregunta parecida y me contestó que no hablaba conmigo porque no nos conocíamos ¡¡¡estúpida e increíble respuesta!!! Quizá no tengo suerte con las mujeres con las que me cruzo porque no parecen muy empáticas (eufemismo). Hoy, sin embargo, incomprensiblemente, ha decidido contestarme: el problema, al parecer, es que su perro desconfía de otros perros porque le han mordido en tres ocasiones (su perro es el doble de grande que Mi Charlie, aparte de que mi perrito nunca se mete con otros perros). Pero, no ha quedado ahí la cosa, ella ha seguido hablando y hablando de las muchas cosas que tienen que ver con el mundo de los perros. Habíamos comenzado a charlar a un metro el uno del otro; y, de pronto, me percaté que yo había ido retrocediendo instintiva e imperceptiblemente porque al poco rato ya estaba a cuatro o cinco metros de la mujer. Me he dicho, vamos tío, lárgate ya porque si no vais a terminar hablando a voces y a quince metros de distancia ¡qué risa! La situación.
Me he dicho: con desconocidas, mejor no hablar (como hizo ella hace unos meses).
Cómo se nota que hoy estoy en blanco, sin nada que contar…
La Fotografía: Un mundo de perros artísticos, de hojalata, en Palermo.
PS: El texto que se me quedó atrás, el del 21 de este mes, ya está incorporado desde ayer.