18 NOVIEMBRE 2023

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
Cabezón de Pisuerga (Valladolid)
Soporte de imagen
DIGITAL 500
Fecha de diario
2023-11-18
Referencia
10152

DIARIO DE VIAJE: a Castilla León Oeste.
Miércoles: veinte de Septiembre de dos mil veintitrés
Día 3 y 6

… Media hora después, oí ruido en una especie de torno angosto de clausura  y pensé que sería la cena. Abrí la estrecha portezuela y allí estaba, un plato de plástico con una tempura de verduras de mierda, una cerveza y una ración de tarta. Alguien a quien no veía, estaba al otro lado en ángulo recto, sin asomarse al ventanuco y me dijo que pagara. Entregué el dinero a una mano anónima que me devolvió el cambio y cerró de un portazo la trampilla. Por probar, intenté abrirla desde dentro: negativo. La situación se parecía demasiado a una cárcel en la que al prisionero en celda de aislamiento le pasan la comida por una abertura en la puerta. Toda esa estúpida puesta en escena hacía que me sintiera terriblemente incómodo y, por primera vez en mi vida, sentí que me habían arrebatado la libertad de movimientos, salvo cuando estuve forzadamente en el ejército.
Lo peor estaba por llegar.
A las diez, me dije, no tengo otra que meterme en la cama y dormir, a ser posible sin pesadillas de cautivo encadenado. Retiré la sábana y la colcha y allí estaba, oculta y acechando, una asquerosa bola de pelos mezclados con pelusas y suciedad. Tuve que aguantarme el vómito, la náusea, el asco. Me lancé al teléfono con rabia contenida y exigí una solución (previamente les había enviado un correo con la foto de la asquerosidad). Me ofrecieron cambiarme de habitación, a lo que me negué categóricamente (a saber que me encontraría en otra, que tendría que explorar con guantes, aparte de mover la impedimenta). Exigí que me cambiaran las sábanas. Lo hizo una mujer mayor aparentemente desaseada, operación que vigilé atentamente. El problema: me habían inoculado una incontrolable sensación de asco, infinitamente mayor que la que ya tenía. Dormí horriblemente mal.
Imagino que este tipo de establecimientos está concebido para mantener la discreción y el secreto para personas que así lo necesiten porque lleven una puta vida de artificio y culpa, pero yo, que no necesitaba eso en absoluto, más bien todo lo contrario, caí ahí tonta e inadvertidamente. Puede parecer que la aventura del Motel secreto tenía gracia, pero a mí no me la hizo en absoluto.
Me levanté a las seis y media y todavía de noche hui de ese atroz lugar…
La Fotografía: Después de instalarme y a pesar de que las instrucciones de uso decían explícitamente: –El jardín es única y exclusivamente ornamental, no se puede permanecer en él- o –no está permitido deambular por la carretera del Motel- yo, bajo un ataque de claustrofobia salí, me di una vuelta, e hice esta foto (no me pillaron).

Pepe Fuentes ·