LOS DÍAS 73
Viernes, diecisiete de Noviembre de 2023
“…Y que no me falten palabras,
cuando me falten los días”. Paco Maeso
Pues sí, ayer me sorprendió constatar y hasta vivir como espectador que la vida social existe. Ya lo sospechaba, aunque, en ningún momento desde hace años, me he sentido aludido y llamado al ejercicio de esa actividad tan compleja, para la que me falta vocación. A lo más que puedo llegar es a establecer un diálogo con una sola persona cada vez, y a duras penas. De no practicar he perdido la técnica y las formas de cómo se hace eso.
Entré en el espacio expositivo y cultural, también recreativo (venden copas y baile, sobre todo los fines de semana), tímidamente. Sabía que no conocería a nadie y por lo tanto con nadie intercambiaría una sola palabra, a pesar de ser más o menos contemporáneo de todos. En una ciudad tan pequeña, las cosas son así. Y sí, de lejos, sabía de las caras de algunos de ellos.
Hace días, Paco Maeso, me envió una invitación para asistir a la presentación de su libro de poemas y escritos del que era autor: Desde el corazón de la selva (excelente título, por cierto). Ni siquiera sabía que Paco escribía y ni mucho menos del estimable nivel de su trabajo. El acto en sí, y lo que he conocido de su ópera prima ha sido una gratísima y estimulante sorpresa.
La palabra que encabeza este libro, como antetítulo, es Amor. Coherente y certera para esta obra. En el acto, los amigos de Paco que compartieron la presentación con él, y que conocían la obra, se refirieron a esa emoción imposible, siempre compleja, como el valor vertebrador y sensible que recorría el libro de arriba abajo, al menos así lo entendí.
Sin amor, todo es más difícil, más triste porque en el desamor nadie ríe, nadie juega a nada y el esencial placer sexual es un tesoro inencontrado. Sí, es un poemario de amor y desamor, probablemente más significativo de lo segundo, atravesado por la vibración del anhelo de alguien que se siente vivir cuando ama y que nunca renunciará a ese estadio superior del ser humano.
En cuanto a los relatos de ficción o testimoniales, mueven otras sensaciones, pero siempre próximas a experiencias íntimas, entrañables y plenas de valores sensibles de personajes entre la grandeza y la derrota. Siempre vivos y dispuestos a ofrecer lo mejor de sí, a quien corresponda y también a ellos mismos.
Me ha gustado la obra de Paco, entre otras muchas cosas, porque es auténtica e indudablemente suya. Todo arte, debería ser, por encima de todo, la proyección más vívida del artista. Este libro lo es de su autor, porque él está ahí, entre líneas y en todas sus palabras.
Paco y yo hemos tenido pocas experiencias compartidas, salvo amar a nuestros amigos Masao y Harumi, que tanto echamos de menos. Nuestro conocimiento mutuo está más cerca de la empatía, afinidades y del mucho tiempo que hace que nos conocemos. Eso, que no es poco, me permite decir que Paco es un hombre de una extraordinaria energía, autoconfianza y capacidad creativa. También social. Su relación con el mundo cultural, siempre proactiva y participativa como artista, es digna del mayor encomio y admiración. Dispuesto en todo momento a remover las viejas piedras de la ciudad, tan estáticas y resecas. Es capaz de embarcarse con entusiasmo y eficacia en gestas sociales y solidarias. Es uno de los gestores culturales de la ciudad por iniciativa y fe en el género humano y en sus vecinos. Un gran personaje. Podría calificarlo al modo machadiano: “en el buen sentido de la palabra, bueno”.
Me sorprendió de lo que se habló en la presentación: todo ello conectado con experiencias sencillas y sentidas con naturalidad vivencial, y lo hizo porque todo me parecía lejano y reconocible al mismo tiempo. Mi experiencia de la tarde tuvo que ver con el título de la obra, pero en sentido inverso, porque de la selva estoy huyendo y tampoco juego a nada en este momento de mi vida. Las cosas son como son y no podrían ser de otro modo. Cada época vivencial lleva consigo su miseria y su grandeza. Todo está bien, entonces.
La Fotografía: En la foto, que hizo una mujer asistente desconocida para mí, aparecemos Paco y yo, amigablemente juntos.
El marco de la presentación fue una iglesia desacralizada en la ciudad que han renombrado como Círculo de Arte, un magnífico espacio, bello y singular.