20 NOVIEMBRE 2023

© 2017 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2017
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ACROS 100 (50)
Fecha de diario
2023-11-20
Referencia
8358

DIARIO ÍNTIMO  82
Miércoles, ocho de Noviembre de 2023

“El problema es que no sé lo que me pasa y no estoy ya en condiciones de contar ni de contarme nada. Para vivir se necesita un relato, yo ya no tengo ninguno. Mi vida se ha reducido al ir y venir entre la cama, donde me macero en un sudor maligno, y la terraza de Rallye, donde paso horas alelado, fumando un cigarrillo tras otro, bajo la mirada inquieta de la encantadora camarera china que para complacerme opinó que Yoga para bipolares era un buen título”. Emmanuel Carrere
Esto lo escribió Carrere en Yoga (2020) con 63 años. Párrafo de la presentación promocional del libro: “Es la narración en primera persona y sin ningún tipo de tapujo de la profunda depresión con tendencias suicidas que llevó al autor a ser hospitalizado, diagnosticado de trastorno bipolar y tratado durante cuatro meses. Es asimismo un libro sobre una crisis de pareja, sobre la ruptura afectiva y sus consecuencias”.
Leí esta obra, naturalmente, y me pareció creíble y sincera. Poderosa porque la textura emocional con la que estaba construida se palpaba.
Emmanuel se recuperó, supongo, porque tan solo dos años después publicó V13, que también leí, claro (admiro la obra de este hombre porque es vigorosa y absorbente).
Dice en la cita: “… para vivir se necesita un relato, yo ya no tengo ninguno…”, y viceversa, añadiría yo. Si no vives, no hay relato. Y, sigo añadiendo, y que ya dije el otro día, -ser percibido- y si no lo eres, no existes. Para los demás, naturalmente, porque uno, si no quiere, se sustenta de su propio aliento, inextinguible mientras respire.
Ahora tengo siete años más que Carrere cuando dijo lo que dijo, aspecto que empeora gravemente el cuadro clínico. A estas alturas, un solo año adquiere una dimensión agónica, y no exagero (a mí me lo parece).
Hace tan solo cuatro meses que entré calladamente en la –era septuagenaria-, hecho que aquí repito paranoicamente; supongo que para exorcizar y expulsar el demonio de la vejez.
Ahora mi causa es esta: dialogar conmigo mismo (tema genuino de un diario) para conseguir ordenar mi silencio integral. Cuando me refiero al silencio, no solo lo hago en el sentido social, en este momento poco relevante, sino, sobre todo, conmigo mismo.  -Mi vida se ha reducido a ir y venir a la cama- decía Carrere,  y la mía ir y venir a cualquier sitio de mi casa y alrededores (también al Super a comprar comida y bebida), pero con la misma disposición vivencial y estado de ánimo. Aunque, a diferencia de él, yo no creo estar deprimido, solo serio y casi nunca aburrido.
Sí, ya sé que esto suena al lloriqueo de siempre, pero así es mi vida ahora. A mí, al menos, aunque con cuatro años más que Carrere, todavía no me han ingresado. No, no quiero decir que sea más fuerte que él, ni mucho menos, sobre todo porque él es un artista y para serlo se necesita mucha fuerza. La creación es una durísima actividad porque se hace en soledad y para eso hay que estar muy bien armado, pertrechado de una energía casi sobrenatural, o tener éxito, pero no solo, supongo.
Escribo esta entrada hoy porque tengo la sensación de estar atravesando una invisible línea divisoria, aunque sí palpable en el ánimo, pero solo en el mío, y a lo sumo en el de este diario.
Últimamente, que pueda recordar ahora, a bote pronto, he oído obras interesantes de estructura y referentes filosóficos y que tienen que ver, indirectamente, con la autoayuda o con la filosofía aplicada al discurrir por el tiempo y la vida objetiva, a saber:  Filosofía ante el desánimo, el Arte de Pensar e Incompletos, las tres de José Carlos Ruiz, autor sólido, buen narrador y bien documentado a partir de fuentes filosóficas pertinentes; El arte del ser, de Mónica Cavallé, una obra espléndida, también muy bien estructurada en torno a fuentes filosóficas; y antes, algunas otras de este tenor.
Todas estas lecturas me remiten a una cierta decepción conmigo mismo, ya que, me han demostrado lo terriblemente alejado que me encuentro de actitudes sensatas y saludables.
Seguiré reflexionando sobre todo esto… no me queda otra, me gusta, me apetece y me hace feliz hacerlo.
La Fotografía: Caracterización de viejo solitario e irredento: con él acabará el mundo.
“Días milagrosamente cuajados de esterilidad. Y yo, en vez de alegrarme, de cantar, victoria, de convertir esa sequedad en fiesta, de ver un ejemplo de mi realización y madurez, de mi desapego, me dejo invadir por el despecho y el malhumor: así de tenaz es en nosotros el hombre viejo, la chusma turbulenta, incapaz de hacerse a un lado”.
Del inconveniente de haber nacido. Emile Cioran.

Pepe Fuentes ·