EL DÍA DE LOS EPÍLOGOS 35
Este mes un día más (o menos). Una pirueta del tiempo de calendario, como es este diario. Un ejercicio circense que no sé muy bien si consiste en malabarismo, equilibrismo o cosa de trapecistas sin red. Todavía no me explico de dónde puedo sacar tantas palabras y fotos sin hacer cosa alguna y sin que me pase nada en todo el día. Enviaré mi currículum al Cirque du Soleil, pero no para volar entre trapecios a gran altura o caminar sobre el alambre con los ojos vendados, no, que va, será para trabajar de payaso callado y quieto.
El caso es que he conseguido alargar un mes más este interminable cuento de mil y un días (no noches, porque las paso durmiendo y soñando).
Los días (11), lo de siempre: relato de mi vida, donde nunca pasa nada.
He inaugurado dos nuevos capítulos: Diario de un condenado (4) que estoy seguro que me dará mucho juego (como subtítulo tendría que haber añadido: en el corredor de la muerte, pero no he querido añadir truculencias obvias). Todos lo estamos y algunos, incluso, a ser felices como yo mismo, todo depende desde el lado que se mire; y, Diario de la Nada (3), que, como el anterior espero mucho de él. Título y afán absolutamente consecuente con mi vida.
Los Microviajes (2)L de un viaje a Madrid, un sábado por la tarde. El mes que viene tengo programado dos (Arco y teatro). Lo contaré, claro que sí.
Diario íntimo (4) que, como digo siempre, es el capítulo más importante, aunque tampoco pase nada en especial. Este mes he hablado de la a veces veleidosa amistad y de que, finalmente, resulta evanescente, como todo lo que tiene que ver con los sentimientos. Además, cuento la aparición de una bella mujer joven y oriental que no sé de dónde pudo salir. Pero enseguida la desalojé de mi intimidad porque este no era su sitio, se había equivocado.
Monólogos sobre arte (3), en los que hablo sobre fotografía y un cantautor (Rafael Berrio), y todo en directo desde mi casa, sin necesidad de ir a ningún museo o exposición, como otras veces.
Colección de misceláneas (1) que he dedicado a la política, este asunto solo me da para una entrada al mes y no todos. En este caso es consecuencia de mi monumental enfado por lo que pasa en España que me tiene estupefacto. El otro día, el que manda aquí, probablemente el político más corrupto de toda nuestra historia, dice que combatirá la corrupción sin cuartel ni descanso. No sé si está pensando en ponerse a disposición de la justicia o solo reírse un rato más de todos nosotros.
La Fotografía: Representa un inverosímil y prodigioso equilibrio, pero de piedras. Tan pesadas y gráciles al mismo tiempo, como pretendo que sea este diario.