8 MARZO 2024

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
Feria de arte Arco 2023. Madrid (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL 2500
Fecha de diario
2024-03-08
Referencia
3921

LOS DÍAS 22
“Lo bello escapó del Arte, pero para unirse al esplendor de la nada”. Félix de Azúa
Viernes, ocho de marzo de dos mil veinticuatro

Hoy, día de transición entre mi eremitorio cotidiano y el mundo: la gran ciudad, el gran mercado del arte y los escenarios. Después de dos o tres semanas sin salir (pierdo la cuenta), estoy nervioso e impaciente. No sé cómo me irá y eso me excita y me atemoriza al mismo tiempo. Ya no soy quien solía ser.
Me ducharé, me afeitaré y me vestiré para la ocasión; comeré a las doce. Media hora después he quedado con mi peluquera (es una mujer que me gusta y además me cae bien) para que me afeite la cabeza. Conseguiré estar tan arreglado como en mi última boda a la que asistí vestido informalmente (en la primera fui vestido como todos los días, sin elegancia). Ya no me casaré más, luego soy un caso perdido para los ceremoniales de pompa y circunstancia.
Saldré de mi barrio en torno a la una, en dirección a Madrid, a Ifema, donde se celebra la edición de Arco de este año (no me pierdo ninguna edición). La hora prevista de entrada: las tres de la tarde; de salida a las seis menos cuarto.
Llevaré mi cámara porque aparte de entretenerme mucho los artistas contemporáneos, también me gusta fotografiar algunas de sus creaciones porque en muchos casos son divertidas ocurrencias.
Me he enterado por internet que hay unas cuantas muestras más de este tipo de arte en Madrid, en distintos espacios que me gustaría visitar, pero se celebran en el mismo fin de semana y yo solo puedo ir a Madrid una vez a la semana y no todas, claro (no tengo dinero para más).
Veré la feria sin perder el tiempo porque a las siete tengo entrada para asistir al Teatro, a las Naves del Matadero para ver El perro del teniente. Me preocupa un poco el conseguir llegar a tiempo porque estaré a 20 km del teatro y mañana la ciudad estará muy agitada: mujeres feministas levantadas en armas para conseguir lo que ya tienen (o no y es que yo no me entero, que no, que no me entero). A mí esto del feminismo me parece una repetitiva y tediosa obviedad.
Además, qué coño, como reivindicación de justicia en el ámbito público que se encargue la ley; y en el privado deberá resolverse en la intimidad, como el amor a Dios.
Recuerdo cuando me casé la primera vez, allá por el año 1975, momento en el que yo era un joven casi recién salido de la adolescencia y ya procuré que en nuestra casa rigiera como valor de convivencia un reparto riguroso de tareas y responsabilidades, mitad y mitad entre la que fue mi mujer y yo. Básico sentido común y moral.
Casi cincuenta años después las mujeres están empeñadas en algo que ya funcionaba en mi casa entonces, con total naturalidad; por eso me parece tan tediosa esta batalla de ahora. Antes supongo que era procedente y necesario, ahora es pura manipulación dogmática e interesada. El asunto es tan absurdo y ridículo como si los hombres se manifestaran reivindicando el machismo (ya está bien de ser solo los malos de la película).
Vuelvo a mi afán del día: deseo llegar bien al teatro y que la obra, de la que nada sé, me resulte interesante (últimamente no doy una en la elección de obras).
Cuando salga del teatro, ni siquiera serán las nueve de la noche, y Madrid en pie de guerra. Me temo que tendré que volver al refugio de mi ciudad, a la que llegaré en torno a las diez y ya no sabré qué hacer. Probablemente me refugiaré en mi eremitorio, cenaré y me acostaré.
Espero que todo salga bien.
La Fotografía: De una obra de arte de la edición de Arco del año pasado, que no me alcanzó para la publicación de la crónica anual de mi visita a la feria. Y me parece estupendo, porque para la entrada de hoy me viene como anillo al dedo por lo de las “esposas” (sobrentendido) y la referencia a la lucha de las mujeres oprimidas (no todas lo están, me parece, aunque ellas piensen que sí) y hasta por pura metáfora de mi propia vida sometida a la tiranía del tiempo y a la de mis propias limitaciones.

Pepe Fuentes ·