8 ABRIL 2024

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Alba Iulia, (Rumanía)
Soporte de imagen
-120 ILFORD SFX 200 (100)
Fecha de diario
2024-04-08
Referencia
1465

DIARIO ÍNTIMO 96.2
“El problema esencial de la vida estriba en cómo salir de la soledad, cómo comunicarnos con los demás”. Cesare Pavese
Martes, veintiséis de marzo de 2024

… Esta misma tarde, víspera del día de la cena, la organización se comprometía, a partir de las siete, a dar alguna sucinta información sobre los asistentes.
A esa hora me encontraba en la consulta de un traumatólogo al que había ido porque me caí hace cuatro meses y seguía con molestias en mi hombro derecho. Llevaba conmigo el informe de una ecografía que informaba sobre mi daño:  Posible fractura traumática de la superficie ósea del troquiter. Tendinopatía.
Entré en la consulta y me encontré con el traumatólogo de expresión más triste del mundo. Hombre joven y pálido, ambas cosas a la vez (creo que también llevaba corbata, pero de eso no me acuerdo bien) al que me dieron ganas de dar un abrazo y reconfortarle por la inmensa tristeza desvitalizada que emanaba de su descolorida cara.
En cuanto a lo mío, me recomendó dar un tiempo de espera para que el cuerpo, por sí solo, reparara el tendón que estaba dañado (de las dolencias de su espíritu no me habló). Me pareció lo más sensato ya que, aunque lentamente, creí que estaba mejorando. Le di las gracias más entusiastas de las que fui capaz; es más, debí decirle que tenía poderes curativos (no lo hice por si no lo entendía) porque desde que pisé su consulta había mejorado exponencialmente (estaba casi curado). Al despedirse no movió un músculo de su cara. Le dio igual haber hecho feliz a un paciente. Salí pensando que, probablemente, la tristeza dotaba de poderes pero no estaba seguro porque yo suelo estar triste muchas veces y no, a mí eso no me pasa.
Consulté la información que había recibido de los maestros de ceremonia de la cena del día siguiente: aparte de profesiones que creo que eran causa menor (o no); informaban sobre la procedencia de cada uno de los asistentes: cuatro de España; uno de Brasil; uno de Venezuela y otro de EE.UU., siete en total, pero sin especificar el género. Temía que todos fuéramos hombres, aunque en absoluto pretendía ligar, una cena solo de tíos sería muy plana, me parecía.
Gran atrevimiento por mi parte prestarme sin mucha fe al juego del anonimato; pero en eso, exacta y únicamente en eso, radicaba el interés. Y en estar aburrido.
El día siguiente, 27, día de la cena, a las nueve de la mañana sabría el restaurante donde se celebraría…
La Fotografía: Mi posición y actitud tendría que ser expectante, pero, curiosamente no lo era; todo lo contrario, solo esperaba que lo peor no asistiera; pero eso es imposible porque siempre acude…

Pepe Fuentes ·