ADENTRÁNDOME EN LAS TINIEBLAS 32.2
“La soledad mata y trozo a trozo va engullendo hasta la última parte de ti, devorándote el cuerpo entero. Una persona sin relaciones con los demás carece de vida, y si tienes suerte suficiente para mantener una relación profunda con otra persona, tan profunda que la otra persona es tan importante para uno como lo es para sí mismo, entonces la vida es más que posible, merece la pena…”. Baumgartner, Paul Auster
Martes, dieciséis de abril de dos mil veinticuatro
…Ya en una de las fases avanzadas de la incesante deconstrucción del cuerpo y de la vida vivible, en la vertiginosa bajada, instintivamente, buscas salientes a los que agarrarte y así retrasar el encuentro con el fondo de la sima.
Es el turno de las estrategias dispersivas y hasta puede ser un momento estelar postrero para los gregarios que participan con entusiasmo en el turismo subvencionado y absurdo a cualquier precio (incluso aguantar chistes y bailotear sin gracia ni deseos, supongo); o los que se refugian en el engañoso calor de los salones sociales para afines donde reina la cháchara decaída y sin sentido. Cuando ya has entrado en el escenario de la soledad, la verdadera comunicación es extremadamente difícil, apenas existe, porque estás obligado a ser honesto y digno, es la última oportunidad que debes aprovechar para regenerarte, dignificarte, para alcanzar la suma elegancia, a no ser que seas un imbécil.
En mis incesantes tanteos o desesperadas búsquedas del perfecto equilibrio para sobrevivir con dignidad y razonable e improbable bienestar, ahora que ya es difícil todo, en soledad; estoy pensando en la invisibilidad y no como fórmula resignada, no, todo lo contrario, sería como estrategia lúdica. No sé…
La Fotografía: …Avanzas inseguro hacia la última silla para la representación de la última función, la de la triste soledad. Lo mejor, que nadie te vea llegar…