13 JUNIO 2024

© 2024 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2024
Localizacion
Toledo (Corpus 2024)
Soporte de imagen
DIGITAL 102400
Fecha de diario
2024-06-13
Referencia
10400

DIARIO DE LA NADA 9.7
¿Qué podemos aprender de las civilizaciones que han fermentado demasiado si no es a morir? E. Cioran
Jueves, treinta de mayo de dos mil veinticuatro

… Seguí y seguí deambulando por las naves de la catedral. Buscaba y fotografiaba. Sé lo que fotografiaba, pero no lo que buscaba. No me importaba demasiado porque no sentía la responsabilidad de dejar nada para la posteridad, ni reflexiones ni fotografías.
Me sentía neutro, ni bien ni mal. Estoy inmerso en un proceso acelerado de consustancialidad, es decir ser y no ser; o ser parte de todo y de nada. Así seré feliz y un poco bobo, pero todo será mejor, quiero pensar.
Hoy, en la entrada, como no se me ocurría nada en especial, me he hecho acompañar por ideas abstractas y poéticas sobre la muerte (es un recurso que nunca falla porque es universal).
¿Quién no teme a la muerte? Nadie que yo conozca. Mucha gente dice no temerla, pero no me lo creo. ¿Proyecto mi propio miedo? Sí.
¿A qué vamos a las catedrales? ¿A qué voy yo a las catedrales? No estoy seguro, creo que se trata de una intuición de muerte, o tal vez es aclimatación a la idea de las sombras. Experimentar las sombras es estar conectado con una incontrovertible verdad, pero si es rodeado de la belleza de las catedrales es puro placer.
Últimamente, cuando llego a una ciudad en la que existe uno de esos maravillosos templos, generalmente gótico, lo busco y visito compulsivamente. ¿Qué me gusta de las catedrales? Todo, y, especialmente, los huecos penumbrosos de las capillas que se suceden en los laterales de las naves. Y las altas bóvedas iluminadas por vitrales de riqueza cromática. También la grandiosidad de los retablos de los altares mayores, tan distantes, complejos y cargados de retórica aurea. Todo es emocionante e inaprensible.
Creo que este impulso emocional y estético tiene que ver con mi descreencia en el más allá y mi creencia en el más acá, en la belleza absoluta y la muerte cierta.
Sí, creo en lo que dice Richter: Dios no existe. Y la mejor forma de confirmarlo es explorar atentamente las sombras de las humildes capillas semivacías, donde solo habita el eterno silencio de la ausencia de Dios.
“Jean Paul Richter sería el máximo exponente de un nihilismo como colapso del sentido, pero en igual medida, nos ofrecía el consuelo de la nada, ese optimismo irónico del nihilismo, ahí podríamos situar el relato de un Cristo que muere en la Cruz y tras su muerte descubre casi aliviado que Dios no existe ¿puede haber mayor expresión de nihilismo? Es decir, Jesucristo admitiendo tras resucitar que Dios no existe, que al otro lado no hay nada. Un Jesucristo lanzando al mundo el mensaje del vacío: -estaríamos así ante la plena conexión entre anhelo divino y tragedia del presente, escribía hacia 1795 Jean Paul Richter, en un texto titulado: Discurso de Cristo muerto, el cual, desde lo alto del edificio del mundo proclama que Dios no existe” … Alberto Santamaría (Un lugar sin límites), citando a Jean Paul Richter…
La Fotografía:
Esta, evidentemente intervenida por mis programas de revelado, me ha permitido crear luz donde solo había sombra. La causa de esta interpretación no sé muy bien donde radica, pero, tal vez, tenga que ver con mi afán de consustancialidad del que hablé antes. Si sigo así no sé dónde voy a ir a parar, lo mismo a un cenobio de alta montaña o de un desértico páramo. No sé…

Pepe Fuentes ·