2 JULIO 2024

© 2024 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2024
Localizacion
Santillana del Mar, Cantabria (España)
Soporte de imagen
DIGITAL 102400
Fecha de diario
2024-07-02
Referencia
10372

DIARIO DE VIAJE: al Norte.
“Viajar es uno de los placeres más tristes de la vida”. Madame de Staël
Cuarto día, miércoles, veinticuatro de abril de dos mil veinticuatro (2)

… Nada más salir del Hotel, me dirigí a la playa del Sardinero. Di una vuelta increíblemente corta pisando la arena de la playa; sí, creo que tan solo giré sobre mí mismo para volverme por donde había llegado. No sé cuál es la razón por la que a medida que pasa el tiempo voy sintiendo una compulsiva aversión a las playas. Quizá tenga que ver con la asociación que establezco de esos espacios con la multitudinaria presencia de gentes semidesnudas amodorradas. No, esa sobreactuación impúdica del género humano no me gusta.
A veces el hecho del viaje lo percibo como un trámite de obligado cumplimiento y es entonces cuando todo resulta difícil y muy fatigoso. Es lo que sentía en esta mañana luminosa; aunque poco a poco fui calentando mi estado de ánimo con la perspectiva de la visita a una ciudad que me interesaba sobremanera.
Volví al paseo y tomé un copioso desayuno: zumo de naranja, café con leche y una enorme tosta de jamón con tomate. A veces los desayunos me cuestan casi lo mismo que las comidas.
Emprendí viaje hacia Santillana del Mar (30 km). Aparqué a las 9:30 y me dirigí a la oficina de información turística para que me proporcionaran un plano de la ciudad; y, por cierto, la mujer que atendía el servicio me preguntó: ¿de dónde vienen ustedes? Miré hacia atrás alarmado y no, no había nadie. Le dije que, de Toledo, hoy, había venido solo yo. Ah, vale, me contestó.
De ahí me dirigí a la Colegiata de Santa Juliana, no sin antes dar un pequeño paseo por las calles aledañas y comprobar la inmensa belleza del lugar. A las 10:00 de la mañana entré en el templo. Me costó tres euros visitar la iglesia y el claustro: fue una experiencia absolutamente maravillosa. Románico puro de una prodigiosa belleza… Visité la iglesia y algunas salas donde se exponía imagenería y casullas antiguas bellamente bordadas…
La Fotografía: El claustro, bellísimo igualmente, en los que había sarcófagos que rezumaban humedad sobre las bellas lápidas labradas. A pesar de la atmósfera impregnada de la costumbre de la muerte, tenía la elevada sensación de estar rodeado de belleza inigualable.

Pepe Fuentes ·