12 JULIO 2024

© 2024 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2024
Localizacion
Lago Enol, Covadonga (Asturias)
Soporte de imagen
-DIGITAL 125
Fecha de diario
2024-07-12
Referencia
10355

DIARIO DE VIAJE: al Norte.
La jornada más desaprovechada de todas es aquella en que no hemos reído”. Nicolas de Chamfort
Quinto día, jueves, veinticinco de abril de dos mil veinticuatro (y 2)

… Después de Covadonga: la Basílica, la santa cueva y todo lo demás (todo aburrido), partí hacia los lagos de Enol y Ercina (conocidos como los Lagos de Covadonga), en torno a 10 km de distancia subiendo todo el tiempo.
Llegué. Pues nada, allí estaban, como siempre. La primera vez que los visité fue en 1980, junto con Carmen, en nuestro viejo Dyane. Solo recuerdo que comimos una exquisita fabada en el entorno de los lagos y compramos un queso de cabrales que llegó a nuestra casa agusanado y lo tiramos, claro. También recuerdo un efecto paranormal que sucedió en un hotel de Llanes, desde donde, al parecer, yo llamé por teléfono a mi madre a las tres de la madrugada diciéndole que me encontraba muy mal. Mi madre se movilizó y al día siguiente nos buscó la guardia civil por la provincia y nos encontró. Quién vivió soñando aquella noche ¿mi madre o yo? Nunca lo supimos y en mi familia nunca volvimos a hablar de aquella noche tormentosa. Si lo pienso un poco creo que, como yo sigo tan mal como siempre, debí ser yo el que llamó a mi madre (según ella, era inconfundiblemente mi voz) y no mi madre quién soñó mi llamada.
Bajé de los lagos en dirección a Cangas de Onís (23 km), llegué lloviendo copiosamente. Me detuve en una calle cualquiera y me pregunté ¿qué hago a las cinco de la tarde, diluviando, en Cangas de Onís? No acerté a responderme y me largué sin pensármelo ni un segundo más en dirección a Llanes (50 km).
No sabía cómo pasar la tarde. Llevaba todo el día sombrío tirando a deprimido.
Y, además, llovía, por dentro y por fuera.
Llegué enseguida y me dediqué a buscar un hotel. Encontré uno maravilloso (algo tenía que salir bien en este mal día), La Palma se llamaba (4 estrellas, por 55 € desayuno incluido), lujosísimo comparado con las cutres habitaciones de hoteles turísticos, que me cuestan lo mismo. Estaba de suerte. Me duché y a las siete y media de la tarde salí a dar una vuelta por el pueblo. Le dije al navegador: llévame al centro de la ciudad y qué pasó, pues que diez minutos después estaba en un angosto camino rural sin salida, después de atravesar vías de tren y barrios periféricos . Y, en todo momento, el dichoso navegador me iba diciendo: izquierda, derecha, de frente, toma la segunda salida, y cosas así, y yo lo hacía escrupulosamente, hasta que dictaminó que había llegado a -mi destino -era mentira- porque estaba frente a un sembrado del que casi no pude salir. No sé si el navegador se estaba tomando venganza por algo o es que me odia sin motivo.
Finalmente llegué al centro (zona portuaria), pero pasando del asesor virtual, siguiendo los indicadores a pie de calle. Cuando el navegador decide que no es que no y entonces es mejor ignorarlo, aunque se enfade y te la juegue al día siguiente.
Paseé por la ciudad lloviznando. Encontré un bar de tapas donde tomé una ensalada mixta abundante, una cerveza y un descafeinado, 16,50 € me costó la cena.
De Llanes no recuerdo nada. Al parecer es un pueblo muy bonito, pero de eso yo no me enteré.
Volví al hotel. Me acosté a las diez y cuarto. No sé si estaba mejor o peor que en el resto del día, supongo que igual. Me dormí enseguida.
Ni una sola vez me reí a lo largo de este quinto día de viaje. Ni siquiera sonreí.
La Fotografía: Paseé por el entorno de los lagos, especialmente por el de Ercina. Había bastantes visitantes por la zona. Subí a un promontorio desde el que se divisaban ambos lagos. Fotografié el de Enol, el primero que te encuentras cuando llegas.

 

 

Pepe Fuentes ·