LOS MICROVIAJES
A Segovia: día 1.2
Viernes, treinta de agosto de dos mil veinticuatro
… Entonces apareció el tipo participativo, de los que no suelen faltar en los grupos guiados y en este caso tocó un jovencito homosexual (no lo puedo asegurar, pero habría apostado que lo era), con su pareja, otro chico de parecido perfil (generalmente, observo un gran parecido físico entre las parejas de gays), que lo escoltaba silencioso a unos pasos de distancia. El untuoso individuo, que sonreía servilmente a la guía se dedicó a hacerle incesantes preguntas sobre la torre, la catedral, Segovia y su historia, sus iglesias y conventos que se divisaban desde la altura en la que estábamos, a lo que ella (una chica joven y no obstante gorda), encantada de escucharse se brindó a contestar con entusiasmo. El individuo era de una impecable ignorancia que había decidido estropear a partir de acuciantes preguntas con un estilo odiosamente afectado. Los visitantes nos repartimos por las aberturas donde se encontraban las campanas y a pasear por el espacio con impaciencia (yo, sobre todo). Llegó un momento, quince minutos después, que la situación era impropia e insufrible para una visita guiada por lo que me acerqué a la guía y le pregunté si la disertación iba a durar mucho (dado la altura a la que nos encontrábamos pensé que tendría que pastorearnos en la bajada), a lo que contestó que podíamos irnos cuando quisiéramos. Enfadado por mi cortés prudencia me precipité por los 189 escalones, sin mirar atrás, no fuera a caerme.
Después de la tortuosa subida a la torre interminable, al bajar, visité las naves laterales de la catedral sin que nada me llamara especialmente la atención. Había pinturas de calidad, especialmente barrocas e incluso anteriores, altares, imágenes por doquier, pero no me resultó una catedral especial, cautivadora, como la de Palencia, que visité hace unos meses.
Gótica con indicios renacentistas, se puede decir que fue una catedral tardía ya que su construcción comenzó en el siglo XVI y se extendió hasta el XVIII, cuando ya se había generalizado la arquitectura renacentista. No me detuve demasiado tiempo en la visita al templo y al claustro…
La Fotografía: Capilla lateral con sus turistas y todo, vestidos para la ocasión, como yo, que era una fiel reproducción del prototipo, tan banales todos.