18 SEPTIEMBRE 2024

© 2024 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2024
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
DIGITAL 50
Fecha de diario
2024-09-18
Referencia
10469

DIARIO DE LA BELLEZA 3
“Bienaventurados todos los que sufren, todos los que huyen, los que caminan a contracorriente, de los malditos, de ellos es el reino de la belleza”. (Ignacio Vleming, dicho en la presentación de su programa de Radio Clásica, El rumor de los pinceles, del 24.08.2024, dedicado a Caravaggio).
Sábado, catorce de septiembre de dos mil veinticuatro

La cita de entrada: la he oído hoy, a las cinco de la mañana; sí, me he despertado a las cuatro porque se me habían terminado los sueños que llevaba en la talega. Mis horas de sueño, muchas o pocas, dependen de él o no: si sueño duermo; si no, me despierto y tengo que levantarme porque la talega de soñar está vacía. Talega, que no talego, palabra ya olvidada de mi infancia, en la que mi abuelo (por parte de madre) llevaba el almuerzo que le había preparado mi abuela: un cacho de pan duro (en mi vida infantil no recuerdo haber comido nunca pan tierno, desde que lo hacían tardaba mucho en llegar a la mesa) y una sardina salada, que comía a media mañana, cuando ya llevaba varias horas detrás de las mulas con las que araba las tierras de los señores. Éramos desoladoramente pobres.
De nosotros tendría que haber sido el reino de la belleza, según Vleming, hombre de voz susurrante y artística; pero no, nosotros, los sirvientes, nunca tuvimos reino alguno, en todo caso fueron reinos en los que solo existíamos para trabajar para los amos de los reinos. No, no hay ni un ápice de lamento o resentimiento en lo que escribo, no, porque nosotros, los míos, a los que yo considero como tales, nunca tuvimos ni de lejos condiciones para ser algo más de lo que fuimos y yo, ahora, lo que soy. Lo único que nadie podrá regatearnos o quitarnos son los sueños nocturnos, los inconscientes, que no los fantaseados en la vigilia, que no sirven ni para dormir. No recuerdo haber llorado nunca en mis sueños, por muy terribles que hayan sido, tan solo, frecuentemente, he sentido mucho miedo. Quien sí llora a veces es Mi Charlie, como anoche que le oí llorar con ligeros espasmos. Quizá presienta que todo se está acabando ya.
Vleming, describe con su aterciopelada voz los cuadros de Caravaggio y salpica su programa con música de Monteverdi. Me felicito, a pesar del madrugón, porque al menos estoy empezando mi día, que será vacío, plano y soso, acompañado por la belleza.
Cuando se haga de día nos iremos, Mi Charlie y yo, al campo, a uno solitario que nos gusta mucho a los dos, pero que está a veinte kilómetros de nuestra casa (iremos en coche, claro).
Ayer me llamó mi primera mujer, Carmen, la madre de Gabriel (nos casamos hace cincuenta años, más o menos), y todavía nos acordamos el uno del otro. Ella es y siempre ha sido una gran persona, de las mejores con las que me he encontrado en mi vida. En este caso ha sido para felicitarme por mi cumpleaños, con retraso (estaba de viaje), pero lo ha hecho (además el día que tocaba me envió un mensaje). Las mujeres que han sido buenas conmigo, las importantes, no me olvidan y yo tampoco a ellas; las otras, las que no lo han sido ya lo han hecho. Yo, sin embargo, no olvido a ninguna, aunque nada me importen ya. Agradecí a Carmen su recuerdo, al fin y al cabo, nos quisimos cuando fue el momento de nuestro amor; luego acabó, pero jamás nos hemos odiado ni olvidado. Entre personas que se han querido, el odio es una bajeza propia de miserables. Yo no creo serlo, como nadie con quien he compartido amor. Eso salva mis sueños de las lágrimas, aunque no del miedo porque ahora me falta el amor ¿es imposible que pueda existir ya? Sí, de eso no me cabe duda.
Todavía es de noche, así que concluiré la entrada buscando alguna fotografía apropiada para esta entrada tan exhausta y porque el día habrá acabado antes de que amanezca. Así es mi vida ahora, que solo parece existir verdaderamente en los sueños ¿o son pesadillas? No lo sé.
Con el final de lo escrito también ha finalizado Vleming su programa sobre Caravaggio, con banda sonora de Monteverdi. La belleza que creaba Caravaggio quizá se ocultaba en las profundas sombras de sus dramáticas pinturas ¿o es ahí, en las sombras, donde habita la belleza? No lo sé.
La Fotografía: He abierto el archivo de fotos nonatas y me ha saltado a la vista esta, que hice hace poco sin saber porqué, y ahora lo he sabido o al menos lo he intuido y por eso la traigo, nacida por fin: una mujer al revés porque se encuentra entre hombres en la edad provecta, la del no amor; mientras un personaje que solo vive en un sueño medroso, demasiado parecido a una pesadilla, mira de lejos la escena e intenta comprenderla acercándola con unos prismáticos, la única manera de vivir ahora es viéndolo todo de lejos y así es imposible entender y hasta vivir.

Pepe Fuentes ·