LOS MICROVIAJES
A Huesca: día 1.5
Domingo, veintidós de septiembre de dos mil veinticuatro
… Llegué a Casbas de Huesca (30 Km) en torno a las siete. La visita programada al monasterio cisterciense románico había sido a las cinco. No obstante, pude entrar en una zona común semiabierta en torno a la puerta de entrada, románica, a algunas dependencias con exposiciones de objetos y motivos militantes (que tanto detesto), y en este caso, reivindicativas de la causa aragonesista y su lengua propia (una más), que consistía en, como todas las demás, en cambiar algunas letras a las palabras en castellano (español), generalmente X y K (aunque apenas presté atención a la broma), que tanto juego dan a los tontos de turno. Al parecer, en Aragón, también hay un nacionalismo que propugna un estado propio, independiente del resto de España, naturalmente (todo el mundo reniega de España, yo no). Siempre lo mismo ¡qué cansancio y qué ceguera! Querer ser menos pudiendo ser más. La única minoría que entiendo es el individualismo irreductible (yo conmigo mismo y así todo el mundo), pero eso sí, vivido en contextos cuanto más grandes y civilizados mejor (lo pequeño y aislado corre alto riesgo de alienación y embrutecimiento). A mí me encantaría que todo el género humano hablara la misma lengua (adánica), destruiríamos el confusionismo babélico y caerían barreras y murallas y todos podríamos hablar con todos (yo no) y a la mierda con todas las pequeñas peculiaridades pueblerinas. Mantener a ultranza las excepciones culturales ¿para qué? Variedad, tal vez, pero nunca como vía excluyente y separadora. Y mucho menos tribales y beligerantes hacia los distintos que es la reacción más frecuente, tal vez por miedo, pero que, aunque sea patrimonio humano, lo es en mayor medida animal por irracional.
A ver, que ya me estoy perdiendo en digresiones que no vienen al caso (o sí), porque idealista, que yo sepa, no creo ser.
Casbas, pueblo interesante, sin duda, con personalidad y una bonita plaza donde se encontraba la iglesia de San Nicolás, esbelta y de considerable tamaño con una fachada austera y limpia.
Después del paseo por la pequeña localidad (291 habitantes), debía llegar a Huesca, capital de la provincia (35 Km) …
La Fotografía: Zona de acceso al Monasterio de Nuestra Señora de la Gloria, con banderas que celebraban a cada uno de los reyes de la primera dinastía real aragonesa. Para los militantes de la exclusión en todas las direcciones todo vale como material proselitista que pretenden trascendente, aunque sea una falacia porque nadie sabe nada ya de esos personajes milenarios, por supuesto olvidados. La memoria hay que mantenerla como constitutiva de nuestro ser cultural y personal; pero nunca utilizarla con fines interesados o con propósitos vecinales y espurios.