17 NOVIEMBRE 2024

© 2024 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2024
Localizacion
El testamento de Ingmar Bergman. A. Lidell. Madrid
Soporte de imagen
DIGITAL 500
Fecha de diario
2024-11-17
Referencia
10513

ADENTRÁNDOME EN LAS TINIEBLAS 35.1
“Creo que he conquistado a la soledad. El aislamiento ya no me importa. No espero nada de los demás. No me gustan las personas. Tengo una incapacidad para desenvolverme en sociedad, y ya he apurado las heces de la ruindad y la traición. Estoy herida, herida por personas a las que he amado, que es la peor de las heridas”. Angélica Liddell
Jueves, catorce de noviembre de 2023

Nada está funcionando como debería ahora en mi vida, en estos últimos días, especialmente.
He traído hoy a Liddell al diario, aunque lo que dice ella que le pasa no es lo que me pasa a mí; no, no digo ni siento exactamente lo mismo que ella. Nadie siente lo mismo que los demás porque todos somos diferentes, aunque iguales.
Sí, yo también soy un incompetente para desenvolverme en sociedad y es la soledad la que me ha conquistado a mí; pero no me siento traicionado por nadie, no soy tan importante como para que nadie sienta la necesidad de traicionarme (con ignorarme es suficiente). Simplemente, no se traiciona a las piedras o a las nubes o a los objetos inanimados, ni siquiera orgánicos, sencillamente porque no existen en la conciencia de nadie.
La Liddell, dice que la han herido personas a las que ha amado. Yo, a estas alturas, no puedo afirmar que haya amado a alguien y que ese alguien me haya traicionado (o sí); por qué, sencillamente, yo no existo. Ella, sintiendo como dice, sí existe. Mejor para ella, sin duda: mejor que siga viviendo y alimentando su resentimiento, que, a fin de cuentas, debe de ser una fuente de energía interminable. Eso a mí no me pasa.
Como a ella, a mí tampoco me gustan las personas, pero no puedo odiarlas, eso ya sería algo positivo. El odio como fuente de vida. Da igual el carácter y naturaleza de la energía, lo importante es ella misma. A vida o muerte, la moral, no está invitada a ese espectáculo; o sí, depende…
La Fotografía: Me quedaba una foto de la última actuación de Ángela Liddell, a la que asistí. Tuvo un clamoroso éxito en Madrid (tampoco le gusta la ciudad, según dice). Viene, la aplauden desde todos los ángulos, hasta desde dentro del escenario, pero no es feliz, ni siquiera siente agradecimiento. Pobre criatura, todavía no se ha enterado de que la muerte en vida es la más absoluta invisibilidad. No tener que intentar superarte, sencillamente porque no hace falta, porque tú no sientes que te haga falta y porque nadie espera eso ni nada de ti. Estar herida, querida, no es que hablen mal de ti o incluso que te traicionen; la verdadera tragedia reside en que no existas para nadie. Esa es la auténtica soledad, la de los muertos, no de la que tú hablas entre aplausos.

Pepe Fuentes ·