ADENTRÁNDOME EN LAS TINIEBLAS 37.1
“Paisaje
donde morir
a solas”
José María Álvarez
Lunes, dos de diciembre de dos mil veinticuatro
De vez en cuando, desde hace diecinueve años, paseo y fotografío en una finca abandonada, un espacio vacío. Me apasionan los campos desiertos, donde solo esté yo a solas en ellos y con ellos.
Tierra áspera, desalentada y desatenta. No hay vida en ella, ni siquiera triste. Fea, solo amenizada por suaves promontorios cubiertos de malas hierbas que te arañan al pasar.
Fue fondo marino en la era mesozoica, del océano Tethys entonces, extinguido hace cientos de millones de años, y que limitaba con dos continentes denominados ahora como Laurasia y Gondwana…
La Fotografía: La estéril superficie se encuentra cubierta de un insignificante pecio de piedras pulidas por el agua de aquel legendario e inmenso océano, que solo se puede imaginar soñándolo; como las nubes que lo cubren ahora, que se me antojan de la misma naturaleza furiosa de las que alimentaron aquellas inimaginables tormentas.