DIARIO DE LA NADA 18
“La cultura es la forma en que el ser humano organiza su ignorancia colectiva”. Jesús G. Maestro
Viernes, siete de Febrero de dos mil veinticinco
El fin de semana se asoma tímidamente hoy, viernes. Mañana entrará como siempre, por la puerta de atrás.
Esta semana ha sido especialmente neutra, aséptica, sosa. Ni médicos he tenido.
En cuanto a lecturas, las amontono, y empiezo a pensar que, sin orden ni concierto, impulsiva y ciegamente. Sí, he empezado y terminado una obra que me ha sorprendido gratamente y a la que he llegado por puro azar: Una filosofía para sobrevivir en el siglo XXI, de Jesús G. Maestro, que me ha parecido un analista sociológico y literario serio y divertido al mismo tiempo, lo uno porque hace una disección aguda, precisa, plena de rigor intelectual de la era postmoderna, de las redes sociales y de la superficialidad indolente imperante; y divertido porque emplea un corrosivo sentido del humor con el que consigue que las cuestiones más graves que afectan a la vida, observadas con un cierto pesimismo, las digieras con una sonrisa. Ah, y en el colmo de la originalidad y personalísima mirada emplea a la literatura, de la que es profesor universitario, como prisma desde el que observa el panorama de nuestro mundo. Es un cervantino confeso y un entusiasta defensor de la literatura en español, en contraposición a lo que él llama angloesfera, que no resiste una comparación rigurosa con la hispanoesfera; por ejemplo, entre Shakespeare y Cervantes, se decanta claramente por Cervantes, sin ningún género de duda: “Cervantes vale más que Shakespeare”. Jesús G. Maestro
Me conforta y encanta esa opinión de alguien tan autorizado como él.
A propósito de este artista e intelectual de calado, hay un aspecto de su personalidad que le convierten en un personaje (no todo el mundo, ni siquiera los artistas, logran llegar a esa singularidad y significación, la de personaje); lo digo porque tengo una anécdota graciosa a este propósito: mi amigo-hermano me envió hace un tiempo un video de Tik Tok bajo el título: Tu amigo introvertido, en el que aparecía un hombre en la cincuentena risueño y simpático que decía: “Cuando me dicen, -Ah, te voy a presentar a alguien, contesto – no, por favor, no tengo ganas de conocer a nadie porque las probabilidades de que la persona a la que voy a conocer sea un plasta, un pesado, o alguien insoportable son magnas, poderosísimas. No quiero conocer a nadie más. La gente es una plasta. Yo solo conozco a una persona que quiero bien y las demás me sobran todas”. El video me encantó por indudable empatía sentida (por eso me lo envió mi amigo); pero no tenía ni idea de quién era el protagonista, hasta que ahora, meses después, me he encontrado con que se trataba de Jesús G. Maestro (contrastado por las fotos de la edición y videos de YouTube sobre literatura que lleva publicando desde 2014). El descubrimiento me ha encantado, como ya lo hizo el video que me llegó y que guardé cuidadosamente en mi móvil.
Nada más se me ocurre por hoy. Ahora son las cuatro y media de la tarde, terminaré de retocar la entrada, buscaré una foto de compañía, qué no se cuál será, estoy en blanco y cerraré el estudio hasta mañana. Luego, por la noche, terminaré de ver Yellowstone, que tanto he disfrutado (hoy, el último capítulo). Luego me acostaré, y ya está, otra semana plana que se me escapa por el sumidero del tiempo.
La Fotografía: De la película Calamari unión (1985), de Aki Kaurismäki. Es metafórica y con esa indicación es suficiente para saber a quién representa el tipo que se queda tirado en el suelo y olvidado por todos los demás.