10 FEBRERO 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL 1000
Fecha de diario
2025-02-10
Referencia
10718

Diario de un Tipo Tranquilo 1.1
“Para ser feliz es preciso no saberlo”.
Fernando Pessoa
Sábado, ocho de febrero de dos mil veinticinco

Hace tres días fueron dos entradas de un nuevo capítulo del diario (las del Enfadado); hoy no, hoy será mi otra versión, la de la tranquilidad complacida. Sí, porque es como me he levantado hoy, sábado.
Será un día en el que no me sentiré enfadado o frustrado por nada.
Me pregunto ¿cómo se producen los cambios de humor o estados de ánimo? Una vez más no me contesto y me acojo a la quinta enmienda, pero no porque tenga que defenderme de nada porque soy virginalmente inocente de todo; sino porque no tengo ni idea de cómo paso de un lado a otro. Es más, como no me pasa nunca nada, todo en mí tendría que ser estable y constante. Un remanso de paz perpetua. Pero no, no es así.
Sospecho que los movimientos tectónicos de mi alma (la que no existe), tienen que ver con lo que le pasaba a Fernando Pessoa (ahora estoy revisando El libro del desasosiego, y me está pasando algo curioso: no se acaba nunca, me salto descaradamente páginas y nada, siempre me quedan muchas y entonces me desaliento y lo dejo), que continuamente se refiere a su alma cambiante para expresar su inestabilidad anímica.
Esta percepción de mi estado de ánimo de hoy me remite a un enigma estimulante porque puede que, entonces, la voluntad y el hacer unas cosas u otras para conseguir satisfacer la necesidad de bienestar, dará igual hacerlas que no. Solo hay que esperar que el paréntesis de la noche reseteé la vida, para bien o para mal, para el enfado o la tranquilidad, pongo por caso…
Genial, debo tener en cuenta este descubrimiento e invocar buenos sueños cuando me acueste (insomnio no suelo tener, además) y, entonces, al terapeuta o al ángel negro asistente del suicida no acudiré jamás…
Un buen día, después de una buena noche y que estoy viviendo absolutamente despreocupado de cualquier lástima: he recogido a Mi Charlie, que me ha hecho mucha fiesta, como siempre, y en amor y compañía nos hemos ido a dar una vuelta al campo. Después, Súper y ya en casa, pues nada, lo de siempre. Por la tarde, lo mismo, también.
Le he dicho a Mi Charlie que después tendría que salir y se ha puesto a temblar inconteniblemente. Sí, porque al final de tarde y aquí viene lo bueno, iré al Teatro de Rojas, de mi ciudad. Veré Seis personajes en busca de autor, de Luigi Pirandello. ¿Por qué esta obra? Esta sí que me la sé: porque no la he visto; porque yo también busco un autor, aunque a personaje no llegue y para ver si ese autor, si es que le encuentro, da sentido a la poca vida que me queda; y, porque sí.
Cuando salga del teatro, cerca de las diez ya, bajaré a toda prisa a mi casa (el teatro arriba, mi casa abajo, cerca del río), porque me estará esperando Mi Charlie, tembloroso y muy impaciente (nadie me espera nunca, solo él).
Ya no saldremos de casa en lo que quede de noche (él dormirá y quizá sueñe; yo, seguro, porque me va la vida en ello).
Mañana domingo, ya veremos cómo nos sale el día (dependerá de la calidad de los sueños de la noche del sábado) …
La Fotografía: El Teatro, tal y como lo vi cuando llegué, fantasmal y etéreo, con unas gentes difusas merodeando alrededor. La obra que se representaría en su escenario trataba de la verdad y la realidad, confundidas hasta hacerse indistinguibles.

Pepe Fuentes ·