22 JUNIO 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
Museo Reina Sofía. Madrid, (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2025-06-22
Referencia
10903

Diario de mi Felicidad 6
Tengo que volver a acostarme pronto con alguien de lo contrario acabaré perdiéndome del todo y sin saber quién soy. Peter Handke
Sábado, veintiuno de junio de dos mil veinticinco

Me levanté como si todo estuviera bien, normal.
Pero no, no tanto.
A las ocho de la mañana recogí a Mi Charlie y juntos nos fuimos a dar una vuelta por el campo (oí, caminando, cosas de Platón y el peligroso e innecesario idealismo”. Nos hemos cansado enseguida, por el calor.
Después nos hemos acercado a Mercadona, y, puede parecer una tontería (y lo es), el que hacer la compra me sirva con bastante precisión para auscultar mi presión existencial. Empujar el carro e ir llenándolo de cosas útiles y comestibles es muy estimulante para mí; y hoy esa experiencia ha sido estruendosamente gozosa: he recorrido los pasillos alegremente canturreando las canciones de Rafael Berrio que oía con un auricular. Berrio me acompaña mucho al Súper (qué gran pérdida su muerte). Caminaba con tanta gallardía y desenvoltura que era como si bailara.
Acompañé a Rafael Berrio, en algunas de sus canciones, como, La hermosa vida que amo: “…El signo variable de las intemperies. El vagar errante y solitario. El alma elevada en los alcoholes fuertes. La fiereza en los ojos deslumbrados. El pasar con nada, el mendrugo de pan. La indolencia a orillas del río. Dadme al clarear lo que es mío: La hermosa vida que amo…”.
Por tan sublime y feliz experiencia he pagado 100 €, me ha costado más que una sesión de terapia cognitivo- conductual (que es la que necesito), pero con el Súper me apaño  porque,  además, tengo comida para la semana. Para las dos cosas no me llega el dinero.
He vuelto, he colocado la compra en el frigo, y me he dispuesto a pasar un buen día: escribir, leer, ver una prometedora serie coreana de nivel. También dormiré algo de siesta. Por la noche no saldré y abriré el cine de verano del patio  para mí y Mi Charlie (creo que ya no saldré los sábados por la noche).
Me lo paso mejor en el Súper porque no siento la necesidad de mirar a nadie; y cuando salgo a tomar una copa sí, y eso es fatal para mi equilibrio y autoestima, porque, aunque mire a algunas mujeres, ninguna me devuelve la mirada que ofrezco; y además noto su incomodidad al ser miradas por alguien al que no desean.
Me he dicho, sensatamente: no volveré al bar de las copas estúpidas ¡para qué! A la mierda los bares y las mujeres con abstinencia sexual que no quieren ser miradas por un tipo tan viejo como ellas.
Antes, hace tiempo ya, iba para encontrarme con mujeres con quien ligar y hasta follar. Ahora ya eso es imposible; aunque me gustaría mucho acostarme con alguien (como dice Handke), libre ya de prepucio, aunque no sé si esa novedad me va a funcionar, no he probado, pero cuando me toco un poco no me gusta nada, tengo malas vibraciones con mi pene sin el maravilloso pellejo protector de asperezas de todo tipo, hasta del desamor me preservaba. Con prepucio todo era suave y menos malo, porque al menos, si sentía la angustia  de mi reprimida sexualidad me tocaba y no me dolía, todo lo contrario; y ahora sí. Maldita sea.
Visto el panorama así, con realismo, nada pinta bien. Pero hoy me da igual porque sé que, aunque ningún amor me protegerá de nada, lo malo no me alcanzará porque, cuando he vuelto, he echado la llave a la puerta de mi casa. Nadie podrá hacerme daño, porque nadie podrá atravesar los muros de mi fortaleza, y además cuento con Mi Charlie que es de mordedura salvaje.
La Fotografía: Mis dos viejitos cerveceros de ayer se sentaron, cansados de ver las muchas fantasías (en el más amplio y mejor sentido de la palabra) de la exposición Néstor reencontrado. Muchísimos motivos de la mitología grecolatina plenos de sensualidad en fantásticos escenarios. No disfruté la visita como se merecía porque se acercaba el momento de mi cita con R., que me tenía sumamente ilusionado. Pero, al menos, cuando me fui, instantes antes de esta foto, dejé a mis compañeros de viaje por el fabuloso y singular mundo de Néstor, descansando. Me cayeron estupendamente estos dos hombres pausados que parecían super sabios recién llegados de un ágora cualquiera.

Pepe Fuentes ·