"Si me acerco a ellos conmigo, me acerco a ellos; y si me acerco a ellos con ellos, me alejo de ellos". Antonio Porchia
LA INDIA QUE YO VI (3.16). Cada una de estas personas mira hacia puntos distintos y, muy probablemente, a mi cámara y a mí, solo lo hacen la mujer mayor de la izquierda y el muchacho de la derecha. La bella chica del centro se mira a sí misma y las tres chicas a su izquierda dirigen su atención hacia lo que nunca sabremos (…)
DIGRESION SEIS. Photograph (Tu fotografía). Alemania (2019). Guion y dirección Ritesh Batra. Intérpretes: Nawazuddin Siddique, Sanya Malhotra, Abdul Quadir Amin, Denzil Smith, Saharsh Kumar Shukla.
Los críticos dicen que es una película muy bella; yo digo que silenciosa. No, no digo que no sea bella, minimalista e intimista, claro que no; lo que pasa es que, a costa de reducir y reducir, casi nos quedamos en nada. Es de agradecer a Batra que nos ahorre los lugares comunes, las más manidas constantes culturales de un país oriental (matrimonios “arreglados”, sumisión patriarcal, la familia como centro del universo todo), es decir, lo mil veces sabido y contemplado, sobre todo en películas. Los occidentales solemos asombrarnos, extrañados, de ese orden ético y social, pero, muy probablemente, más allá de ese peculiar exotismo, no haya mucho que nos diferencie. Ellos y nosotros anhelamos lo mismo, exactamente lo mismo: transcender en todo y con todo lo propio (que nos hagan caso). Batra, natural de Bombay donde se desarrolla la película, nos ofrece una historia aparentemente pequeña y suavemente acomodada a un microcosmos amable en el contexto de una ciudad que, sospecho, en toda su extensión es otra, bastante más dura e inclemente. Obviamente, en el mayor tráfago imaginable, pueden existir burbujas donde habiten unos personajes que contemplen la vida desde el silencio y un intimismo pleno de sensibilidad y respeto a las personas con las que se relacionan habitualmente. La película es tan amable y los personajes viven tan sonrientes y relajados, tan amorosos y solidarios todos con todos, que cuando terminas de verla tienes que frotarte los ojos o pellizcarte para sentir algo que vaya más allá o más acá de la mera complacencia y conformidad. Lo más importante para mí de toda la película, aparte del recorrido tranquilo y amable por la ciudad que muestra la cámara, son los silencios y las concentradas miradas de ambos protagonistas (aparentemente enamorados) pero, sobre todo, ella, Sanya Malhotra, que mantiene a lo largo de toda la película una muy expresiva y sugerente mirada que es capaz de remitirte al corazón mismo de la historia.