"REALIDAD. La Actualidad en proceso de erosión". Rafael Argullol
CUARTO DÍA: como el segundo día no encontré lo que buscaba, volví a los caminos manchegos, esta vez sólo. Llevaba una determinación firme pero algo entorpecida por la ansiedad que me sigue a todas partes. Además, llevaba un GPS, un Ipad y un mapa, por si acaso la tecnología me abandonaba. Creía que me sería relativamente fácil encontrarlo. No pensé en que además de la dichosa impaciencia también me acompañaba mi característica y eterna torpeza. Llegué al campo de operaciones a las nueve y media de la mañana. Me adentré animoso por caminos, entre viñedos y rastrojos seguido de una estela polvorienta que se introducía por todos los resquicios del coche y de mi desorientado optimismo. No había contado con que, a cada kilómetro más o menos, el camino se abría en horquilla o a veces en encrucijadas que me hacían dudar. Como la duda suele causarme ansiedad, tomaba la dirección que primero se me ocurría. Seguro que me equivoco -me decía- pero al menos eludo la molesta zozobra de la indecisión. Por supuesto que me equivoqué en cada una de las decisiones que fui tomando, como empecé a sospechar enseguida. No obstante, aún me sentía animado, sobre todo porque a veces paraba a fotografiar…
…También leí otro estupendo artículo de Marcos Ordoñez. Suelo leer sus críticas de teatro. Interesantes y fiables. El artículo se titula: El azul del logro, y me gustó porque señalaba sugestivamente la importancia que tiene la -obra de arte- como catalizadora de las sensaciones, percepciones y emociones que el artista consigue expresar y regalarnos. Un amigo de Ordoñez, Raúl Ruiz, le dijo una vez a propósito de la comparación entre el azul del cielo natural y el de un cuadro de Picasso: «Tiene más fuerza porque Picasso atrapó un azul como el de afuera y lo cargó con su deseo y su memoria. Tiene más fuerza porque es el azul del logro«. Excelente idea sobre arte. Para terminar, la última frase del excelente artículo de Ordoñez: «Necesitamos la precisión del arte, necesitamos un arte que fije y nos fije, necesitamos ese punto y aparte que, colocado en el lugar correcto, como pedía Hemingway, nos desgarre el corazón con la fuerza de unas tenazas»…
Trepé por un breñal una cuesta de cabras
hacia un lugar de escombros…
Octavio Paz