EL ORIGEN: Sin estas fotografías nada habría sido posible…
El otro día, un conocido de hace mucho años, luego de mi edad, más o menos, que también fotografía y que acaba de colgar un sitio propio en la red, preguntaba qué me parecía su web (supongo que a mí y a trescientos más) y claro, yo que sé (aunque por cortesía aventuré un juicio). Qué importancia puede tener mi opinión (o la de cualquiera) en su equilibrio como actor-creador? Él hace lo que tiene que hacer, y su motivación, la suya, es lo único que debe importarle. Las opiniones sólo pueden entorpecer. A mí también me gusta que opinen (bien) sobre mi trabajo, debe ser porque, en general, nos encontramos muy solos y queremos que otras gentes nos acompañen en nuestro deambular aterido y desorientado. Pero no, no conviene engañarse, lo de cada uno, a los demás, les importa una «mierda», salvo el tiempo que les dure la risa del chiste que les hayas contado. Como esto es una certeza que ha invadido mis entrañas y se encuentra en un estado de metástasis irreversible, no pido opiniones a nadie sobre lo que hago; si alguien me dice que le gusta, yo, inevitablemente, le quiero un poquito, y si no, que le «zurzan con hilo verde«, (que como ya sabéis, es una frase afortunada de mi admirado Javier Tomeo), o ni siquiera eso.
LA ELECCION II: el hombre necesita un lenguaje que dignifique su paso por la vida. Un soporte donde desentrañar misterios, responder preguntas, verter sueños y lágrimas negras.
Esta es una fotografía de Portobello, Londres, realizada tres meses después de tu muerte. Mi madre no entendió que me fuera de viaje, pero no se atrevió a decirme nada. Todo seguía más o menos igual, aunque impregnado de tristeza, todavía mayor por la tremenda depresión que tenía Luisa. Pero la vida y el olvido avanzaron, lentamente al principio, pero sin dejar de crecer nunca. La idea de la muerte se incorporó a mi vida cuando despareciste, hasta entonces sólo había sido una noticia lejana. La percepción que empecé a tener de ti tenía otra dimensión y un peso más concreto y definido. Cuando estabas te asumía en la periferia de mi vida, con la naturalidad de una conversación telefónica, que por cierto, nunca tuvimos; sin embargo, cuando te fuiste, tus perfiles se me metieron dentro y ya no me abandonaron, circulaban en la consciencia sorpresivamente, indefinidos y sin control. A medida que han ido pasando los años tu imagen se ha ido desdibujando, como si la viera en el espejo retrovisor de un coche que se aleja. Ahora me está costando mucho recordarte; no estoy seguro del timbre de tu voz, ni de tu forma de andar, ni de las palabras que pronunciabas. Es angustioso porque ni siquiera puedo compartirlo, madre ha muerto y ya no hablo de ti con nadie. Ahora es cuando estás muriendo de verdad porque apenas si te recuerdo.
NOTICIA DE LOS INICIOS. Ahora recuerdo lo fácil que me resultó gestionar mi primera exposición: llevaba muy poco tiempo fotografiando pero con gran entusiasmo. Preparé una serie de fotografías en 18 x 24 cm., viradas al monosulfuro y posteriormente al cloruro de oro. Adquirieron un espléndido tono aúreo, como el de esta fotografía. Por cierto, en mi galería privada, he colocado ocho de las que aún me quedan; están como el primer día, con la única diferencia que ahora me agradan mucho más que antes. A estas alturas convendría saber que me gustan mucho mis fotos. Dicho queda.
…Sigo con los sueños, o más bien alucinaciones, del -cuarto oscuro-. Bien, la exposición, en cuanto a tiempo de toma, abarcaría desde el primer minuto al último de mi actividad fotográfica (tal vez mis primeras fotografías me resulten más excitantes que las últimas). Quizá una muestra así contribuiría a que consiguiera entender algunas cosas que ahora sólo sospecho: primero, que apenas he cambiado, soy desde el principio y hasta ahora el mismo, el que he sido siempre; segundo, sigo viendo las mismas cosas pero con menos claridad y agudeza; y, tercero, la mejor noticia posible: los deseos siguen intactos. Mis fotografías de ahora no son superiores a las de antes, a pesar de que tendría que haber crecido. Pues no, no ha sido así. Seguro. En el tiempo quizá sólo cambien las circunstancias y ciertas experiencias, pero el espíritu y el talento (y su ausencia), siempre es el mismo…
…pepe y las citas X: Mi madre me parió hace muchos años y, como decía Askildsen ayer, en ese fatídico acto ella no supo que ponía en funcionamiento un artefacto ciego, con un itinerario prefijado hasta el final. Fatídico asunto el de mi vida (por banal). Siempre he sospechado que en el ser que he sido y que nunca he podido dejar de ser, ha tenido algo que ver el hecho de ser hijo único (una de las pocas circunstancias encantadoras de mi vida), como en el caso de Haruki Murakami: «Yo adolecía de la tendencia al aislamiento propia de los hijos únicos. Cuando tenía que hacer algo en serio, prefería llevarlo a cabo por mí mismo. Explicar las cosas, una a una, y hacérselas entender a los demás me parecía una pérdida de tiempo y energía, me era más cómodo hacerlo yo sólo sin decir nada a nadie». Esta cita y la siguiente, también de Murakami, claro, aparentemente no tienen relación. Sin embargo para mí, sí, absolutamente, porque en la determinista cartografía de mis hechos ya estaban acotados desde el inicio de todo el que cavaría agujeros o amontonaría piedras sin sentido ni finalidad, o al menos las fotografiaría: «De vez en cuando cavan un agujero contó el anciano. Puede que, en el fondo, sea lo mismo que mi pasión por el ajedrez. No tiene sentido, no lleva a ninguna parte. Pero eso no importa. Nadie necesita que tenga un sentido, nadie desea llegar a ninguna parte. Nosotros, aquí, abrimos un agujero puro tras otro. Actos sin finalidad, esfuerzos sin progreso, pasos que no conducen a ninguna parte, ¿no te parece maravilloso? Nadie resulta herido, nadie hiere. Nadie adelanta, nadie es adelantado. Sin victoria, sin derrota».