La querencia de las lagartijas: tomar el sol en hieráticas esfinges…
Los domingos por la mañana, soleados y fatales, son propicios para que las lagartijas y los fotógrafos se encuentren en torno a una esfinge en Segovia. Luego, el tiempo sigue, y todos morimos.
…y nos miran con sus ojos en blanco, con una intensidad que asusta…
…No busco ningún héroe que encarne un modelo de conducta, como decía ayer Bukowski (tampoco creo que él lo buscara verdaderamente). Quién necesita un héroe cuando se es consciente de tenerse a sí mismo. Supongo que nadie. Más allá de mi mundo afectivo no creo necesitar héroes, sólo personas a las que pueda respetar y a ser posible que me aporten verdad y belleza. Nada más y nada menos.
Un silencio de muerte flota sobre la regia comitiva.
Alvaro Mutis.
Creo que es la mejor fotografía que conseguí hacer esa mañana; o tal vez no y sea otra. No sé. Como hoy no se me ocurre nada mejor que escribir, hablaré técnicamente de la fotografía (no suelo hacerlo, apenas me interesa la técnica y mucho menos escribir o hablar de ella). Me llamó la atención el fulgor que desprendía la estatua (no sé a quién representa); luego el fuerte y luminoso contraste era objetivo fotográfico en sí mismo. Tenía mi vieja cámara grande cargada con película infrarroja Rollei, de 400 Asas (por desgracia, los resultados que ofrece no son tan acusados como los de la extinta infrarroja de Kodak, pero así están las cosas) y filtro rojo en el objetivo. Bien, como me aburre la previsibilidad de resultados, además de que últimamente busco imágenes muy texturizadas, expuse a 3.200 Asas, y para enfatizar aún más el resultado, revelé con HC110 dil. B. a 19º durante veintiocho minutos. Este es el resultado. ¡Estupendo! no?