De espaldas a todos vosotros…
Este mes tengo poco que decir. Me estoy dedicando a cambiar de color mi casa, por dentro y por fuera: he variado y aumentado la intensidad de los colores (por si fuera verdad lo de la cromoterapia y así, de paso, consigo vitalizarme un poco). Además estoy colgando nuevas fotografías, en torno a cincuenta, quizá más. Parece una galería, mi galería. Hablando de galerías, en las comerciales no me apetece en absoluto exponer y en las otras, las de la administración pública, menos (hay que ser del sistema, del que sea, y eso es más pringoso todavía). El negocio del arte es demasiado complicado, es para profesionales a los que no tengo ningún interés en conocer.
…El Fotógrafo No se Suicidará Nunca, al menos mientras se entregue fascinado a recrear sus fantasmas. No, El Fotógrafo no es como Francesca Woodman, de la que no sabía absolutamente nada hasta que el otro día se la presentó, a través de un artículo, Antonio Muñoz Molina (a El Fotógrafo le gusta mucho Muñoz Molina, como no se cansa de repetir, y a Muñoz Molina le gusta mucho la fotografía, como al propio Fotógrafo, aunque, sin embargo, el señor Muñoz Molina nada sabe de las interesantes fotografías de El Fotógrafo, pero eso carece de importancia ahora). Bien, curiosamente, El Fotógrafo hace fotografías muy parecidas a las de Woodman, pero sin saberlo, porque no ha conocido su obra hasta el otro día. Francesca se suicidó en mil novecientos ochenta y uno, a los veintitrés años, tirándose desde la terraza de un edificio de Nueva York. El Fotógrafo, aunque haga fotos parecidas a las de Woodman, no se tirará desde ninguna ventana, aunque a veces se imagine haciéndolo…
«La expresión del subconsciente desempeña un papel tan destacado en toda obra artística que me parece que la mayoría de las cualidades importantes que encierra las ha puesto allí el artista de manera inconsciente, y que pocos elementos importantes dependen del intelecto consciente». Edward Hopper
…Este año, para entretenerme, debería intentar proyectar públicamente lo que hago, que no sé bien cómo calificar y que podría definir atrevidamente como «creativo» aunque para mí es simplemente: «algo que decido hacer porque sí, y nada más, un pasatiempo con pretensiones» consecuencia de mi manera de ser y estar, por lo que no supone ningún tipo de apreciable singularidad…sencillamente un terco experimento con mis límites, una porfía a veces entretenida, a veces aburrida, que siempre me aboca a la misma jodida, absurda e improductiva vocación: ¡ser yo cueste lo que cueste y a pesar de todo!…